Viejo culo

Viejo culo

Atrás quedó el alcalde irreverente que con su inteligencia nos puso a pensar en tarjetas, mimos, saltimbanquis y zanahorias, dentro de un ejercicio pedagógico que tenía como finalidad cambiar el chip cultural de una ciudad sin Dios ni Ley.

Se perdió el matemático brillante, educado en Francia por profesores distinguidos; el estudiante impecable que iluminó con sus escritos la Maestría en Filosofía de la Universidad Nacional, lugar donde enseñó con autoridad y sabiduría hasta llegar a la propia rectoría de ese claustro, uno de los más destacados referentes académicos de la educación superior pública colombiana.

Este hijo de lituanos, inquieto y de mirada diáfana, se ha desdibujado: hoy se parece más a un lienzo salpicado por un patán que haya escogido brincar en un charco hediondo.

Muchos de quienes votamos por él en octubre de 2000, estamos completamente decepcionados y nos sentimos insultados con la actitud de este pobre hombre enfermo: el hecho de andar mostrando las nalgas en los lugares más inverosímiles es asunto que raya en el irrespeto. Esto no tiene nada de simbólico; por favor, no se equivoquen, “genios chibchas” de la comunicación.

Es triste, pero al parecer, al nuevo senador no le dicen nada sus títulos como Doctor Honoris causa de la prestigiosa Universidad de París XIII y de la ya mencionada Universidad Nacional de Colombia.

Ahora, en lugar de ser ejemplo de urbanidad mínima -que se supone hace parte de la formación de todo pedagogo-, este ciudadano prefiere el exhibicionismo ramplón, que es el nombre real de toda acción que remite a cualquier audiencia a ser testigo de un hecho, tan fuera de lugar e irrelevante, como mostrar el trasero en la instalación del Congreso de una república que se precia de contar con instituciones democráticas donde la gente todavía puede verse representada.

¿Qué se hizo el candidato presidencial honesto que, en medio de una feroz campaña, prefirió confesar entre sollozos la nueva realidad de su salud neurológica, cuando la famosa ola verde se esfumaba en la orilla del debate electoral de 2010?

Sin duda, la imagen de hombre probo, el mismo que a pesar de su calidad técnica no tuvo inconveniente en casarse montado sobre un elefante, mientras su cónyuge sonreía tímidamente bajo la carpa de un circo, ha venido cayendo estrepitosamente; y este año sucumbió, empujada al abismo por una burda “pantomima mesiánica”, que incluyó promesas anodinas escritas sobre mármol, en el acto de adhesión a una candidatura inviable dentro de un régimen político que defiende las libertades. Es el miserable colofón de una tragedia criolla que pronto llegará a su fin.

Así las cosas, el maestro que ayer despertaba admiración y respeto, se ha transformado en un hazmerreír, que en ocasiones presenta síntomas de cansancio intelectual, como lógica consecuencia de la evolución del mal que lo aqueja desde hace más de 8 años.

Con todo respeto: Dos palabras, tomadas del acervo más castizo de la lengua de Castilla y Aragón, son suficientes para reclamar por lo sucedido en el infeliz evento que tuvo lugar en la instalación del Congreso de Colombia, el pasado viernes 20 de julio de 2018: Viejo culo.

Senador Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Šivickas: si no se siente bien de salud, retírese. Todo ser humano tiene derecho al reposo en la etapa final de su vida.

@tamayocollins

Publicado: julio 25 de 2018

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