Un engaño llamado Petro

Un engaño llamado Petro

Durante los últimos 8 años nos hemos convertido en tristes espectadores de cómo el Gobierno Santos llevó al país a una crisis económica, política y social, que terminaría por extenderse a todas las instituciones del Estado. Ante un panorama tan desolador, la aparición de políticos como Gustavo Petro no resultaría casual.

Por el contrario, es la manifestación de una problemática que podría profundizarse de no tomarse medidas. Por esto, les invito a conocer quién es él: un político que posa de “alternativo” pese a que está en política desde hace 27 años, un hombre que dice ser “pacifista” pese a que fue ideólogo del M-19 y que en lugar de promover la cohesión en tiempos de polarización, fomenta el odio entre clases.

Como alcalde de Bogotá nos dio una idea de lo que sería una presidencia suya: un Gobierno caótico que no respetaría la normativa, los organismos de control ni la propiedad privada. Todavía está en la memoria de muchos, la crisis de las basuras que generó en la capital.

Más recientemente, Petro protagonizó un show en el que ante la OEA y la opinión pública, afirmó ser víctima de un atentado con arma de fuego en el que estarían involucrados hasta “policías corruptos”. Días después el CTI y el propio Gobierno descartarían su versión calificándola de exagerada y lamentando que calumniase a la Fuerza Pública.

Preocupa que alguien así pueda crear un ambiente de persecución para obtener réditos políticos y encima haga propuestas populistas como expropiar las tierras “improductivas” aplicando impuestos asfixiantes a los poseedores de esta. Es claro que busca ganar el respaldo de sectores populares avivando resentimientos.

Episodios que continúan días después de la consulta de la izquierda radical, en la cual en un intento perverso por obtener recursos para su campaña, Petro decidió competir con alguien poco conocido para que, tras una victoria aplastante, las autoridades electorales le reembolsen $4.714 pesos por cada uno de los 2’848.868 votos obtenidos el 11 de marzo.

Llegó la hora de que Colombia decida si le gusta el camino de la mentira y la opresión –al mejor estilo venezolano-, o si les gusta el camino de las propuestas serias que formulan candidatos como Iván Duque, que en días recientes volvió a liderar las encuestas nacionales con un 40% de la intención de voto. Nuestro reto ahora consiste en llevarlo a él a la Presidencia y ganar en primera vuelta.

@ChriGarces

Publicado: marzo 24 de 2018