Francisco Santos: ¿Tragedia humanitaria y guerra civil?

Francisco Santos: ¿Tragedia humanitaria y guerra civil?

Venezuela tiene un Estado fallido sin capacidad de satisfacer las necesidades básicas de toda su población en medio de violencia.

¿Se imaginan a 150.000 venezolanos en la frontera pidiendo refugio y comida? ¿Está Colombia lista para una intervención humanitaria de esta naturaleza? Es más, este escenario lo tiene previsto el Comando Sur de Estados Unidos que en su informe anual al Congreso planteó la posibilidad de que sea una realidad y la necesidad de cooperar para evitar una tragedia humanitaria al estilo África o Medio Oriente.

Pero Venezuela no es un país africano. Y no estamos en África. Y Venezuela no es una sociedad rural, por el contrario, es una sociedad urbana sofisticada. Pero tienen una característica común, un Estado fallido sin capacidad de satisfacer las necesidades básicas de toda su población en medio de una confrontación cada vez más violenta.

Si comparamos lo sucedido con las marchas anteriores que dejaron 40 muertos en 5 meses y los 30 que hoy hay en solo 3 semanas vemos un aumento desmedido en la violencia estatal contra los manifestantes que solo puede empeorar. Y si añadimos el mecanismo ideológico de repartición de alimentos solo a los amigos del gobierno, pues el caldo de cultivo para este escenario de crisis humanitaria masiva está dado.

América Latina nunca ha enfrentado una crisis de esta naturaleza. Haití es una cosa. Pero Venezuela es otra. Y al lado de nuestra frontera, lo que debe tener a Colombia preparada para reaccionar ante una tragedia de esta magnitud.

Este dramático escenario, que el gobierno de Colombia parece no entender, puede agravarse. Y es que además de esta crisis humanitaria, Venezuela puede acabar en una guerra civil. En Siria las protestas eran pacíficas en un principio pero ante la violencia desmedida del Estado sectores radicales se armaron y hoy hay una guerra civil brutal en la que los poderes militares del mundo acabaron involucrados.

No es descabellado que en pocos años estemos enfrentando este problema. ¿Qué hacer? ¿Hasta dónde ir? Sin duda Cuba y Rusia se involucrarían. Y no sería extraño ver a las Farc rearmarse en alianza con el ELN para evitar que Colombia, la más perjudicada en este escenario, pueda intervenir. La guerra ideológica de hoy podría ser militar mañana.

¿Es Maduro el Bashar al-Assad de Venezuela? ¿Es Cuba el Irán de la región? ¿Colombia se quedaría cruzado de brazos frente a una masacre humanitaria como la que se ve venir en el hermano país? La crisis de la OEA y el retiro de esta organización es un ingrediente más en este escenario en el que Maduro quema las naves y cierra las puertas a una salida negociada.

El continente enfrenta por primera vez un escenario que solo leíamos en los diarios del mundo porque sucedían en regiones lejanas como las antes mencionadas con características económicas y sociales muy diferente a las de la región. Y, la verdad, hoy América Latina no tiene instrumentos para enfrentar un escenario, que es posible, de esta naturaleza.

¿Y Estados Unidos? Ha sido tan incompetente el manejo que la principal potencia ha hecho sobre el problema venezolano que se le puede salir de las manos. La administración Trump hoy enredada en el contexto internacional con Corea del Norte y Siria tiene en sus manos una papa caliente que no puede obviar. En su patio trasero además. Lo peor que le puede pasar al continente es que Venezuela sea para Trump la Siria de Obama, que entre otras tiene mucho que ver con un desenlace de esta dimensión por sus ocho años de descuido del problema.

Maduro tiene en sus manos la solución: elecciones limpias y transparentes. Pero si se aferra al poder a través de estos mecanismos violentos estos escenarios se vuelven posibles con la consecuente tragedia humanitaria que hoy vemos de reojo, desafortunadamente, como si no fuera Colombia el país más perjudicado con un desenlace de esta naturaleza.

Dios quiera que esté equivocado. Y Maduro y sus compinches entiendan que cualquiera de estas dos tragedias se los llevan por delante. Colombia, mientras tanto, no puede dejar de pensar en esos dos escenarios que si se dan deben tener respuesta inmediata, planeada y coordinada nacional e internacionalmente para minimizar un costo que de todas maneras será inmenso.

@PachoSantosC

Publicado: mayo 1 de 2017