Ángel Alirio Moreno: Santandereanos arrechos ¿para qué?

Ángel Alirio Moreno: Santandereanos arrechos ¿para qué?

Cuando escuchaba a qué iban los políticos de mi región a Bucaramanga, casi siempre me enteraba que a llevar un memorial para pedir el cambio de algún alcalde, inspector de policía, síndico o director de hospital. En eso utilizaban el tiempo dedicado a la gestión por su región los connotados dirigentes. Igual supe que pasaba con la dirigencia departamental cuando se desplazaban a Bogotá. Tanto, que cuentan que hubo un Presidente de la República que en la apertura de un consejo de ministros, pidió unos instantes para atender una delegación de Santander con la afirmación que: “esos vienen a pedir que declare insubsistente a alguien y eso es rapidito”.

Parece que en algunos la costumbre fue bien heredada. En Santander se continúa con la práctica mezquina de estimular envidias e inquinas para construir un ambiente de polarización negativo que beneficie a aquel que lo propicie, sin importar el daño que se cause al tejido social. Lo único que importa es el interés individual y el de la clase social y económica que se represente.  Se descalifica como destazando vísceras, sin piedad y compasión; pero con pasión violenta y señalamientos injuriosos. Eso no está bien, no es bueno y puede terminar mal.

Hace cerca de veinte años la Asamblea de Santander instituyó la “Orden al Mérito Luis Carlos Galán Sarmiento”, destinada a resaltar la labor de personas que se destaquen por sus servicios a la sociedad. Después de la Ley 617 de 2000 cuando las Asambleas Departamentales perdieron su capacidad y poder, la más importante gestión luego de elegir contralor y aprobar el presupuesto, ha venido siendo la ceremonia de imposición de la condecoración a la cual por costumbre, cada diputado tiene derecho al menos a una, durante cada período, previa proposición aprobada por la duma. La condecoración  consiste en la entrega de un pergamino en letras de molde, con la firma del Presidente de la corporación y una medalla, cuyos costos debe pagar el diputado proponente.

Así, han sido galardonados servidores públicos, gerentes de empresas privadas y hasta establecimientos comerciales como la Litografía La Bastilla y el Bar La Esquinita de Bucaramanga, cuadro de honor que comparte desde el primero de mayo de 2010, el ex candidato a la Gobernación de Santander Leónidas Gómez a quien le fue entregada la condecoración como la cuota en proposición del Diputado del Polo Democrático línea MOIR, Roberto Schamalbch Cruz.

Nunca había tenido tanta trascendencia la mencionada condecoración sino hasta ahora, cuando una diputada logró que la duma le aprobara la proposición para hacerle entrega de la medalla al ex Procurador Alejandro Ordoñez Maldonado. Desde ese momento le están haciendo “bullying” político a la diputada y descalificando fuertemente a Ordoñez Maldonado, al punto de pretender la variación jurídica ante la galería, de la decisión del Consejo de Estado, al aseverar cuando hacen referencia a éste, voceando “el destituido procurador” o “destituido por corrupción” sin tener en cuenta que la nulidad electoral tiene similar connotación a aquella que en 2005 anuló la elección del Senado de la República y sacó de allí, a Piedad Córdoba para que ingresara nuestro coterráneo Tito Edmundo Rueda Guarín.

No me parece que quede bien, que desde Santander se siembren odios y malquerencias por no compartir maneras de pensar y de ver las cosas. Leónidas Gómez, lleva asida a su cuello la misma medalla que orgullosamente pende de la sala de producción de La Bastilla y en la gerencia del Bar La Esquinita, como para promover indignidad porque se la entreguen ahora a Alejandro Ordoñez, un coterráneo que por pensar distinto no puede ser de tan oprobiosa manera descalificado. Al fin y al cabo cada quien ve el arco iris con el cristalino de sus propios ojos y aprecia la intensidad de los colores de acuerdo a sus gustos.

Por eso y con razón es que en la Plaza de Bolívar de Bogotá se dice, que si allí se encuentran dos paisas se arma una empresa, dos boyacenses establecen un cultivo de hortalizas, dos costeños arman una rumba; pero si se encuentran dos santandereanos se arma una “pelea arrecha”. Que pelea tan arrecha por una condecoración. Ya dejemos que los unos vayan a la iglesia y los otros a las logias, que para desarrollar a Santander nos tendremos que poner todos de acuerdo, respetando cada postura ideológica.

@AlirioMoreno

Publicado: mayo 2 de 2017