Salvación Nacional

Salvación Nacional

En reciente sentencia, la corte constitucional resolvió otorgar personería jurídica al partido ‘Nuevo Liberalismo’, colectividad fundada por el extinto dirigente Luis Carlos Galán.

En criterio del tribunal, las autoridades electorales no pueden cercenar ni limitar el derecho fundamental de crear, pertenecer y liderar partidos políticos.

En un aparte de la sentencia se lee “la decisión producirá efectos inter comunis para las elecciones de 2022, frente a aquellos terceros que hubieran estado en las mismas o similares condiciones del partido nuevo liberalismo expresamente analizadas en esta providencia”.

Con base en la decisión de la corte, Enrique Gómez Martínez, Hugo Villegas Gómez y Juan Pablo Riveros le solicitaron al consejo nacional electoral que “proceda a emitir el reconocimiento de personería jurídica al Movimiento de Salvación nacional puesto que se cumplen con las condiciones similares dispuestas por la Corte Constitucional… en especial por la violación directa al derecho fundamental a fundar o constituir partidos políticos”.

De cara a las elecciones presidenciales de 1990, el doctor Álvaro Gómez Hurtado -que estaba distanciado de la estructura oficialista del conservatismo- fundó su propio partido al que bautizó con el nombre de Movimiento de Salvación Nacional.

En aquellas elecciones, el doctor Gómez Hurtado obtuvo 1.433.913 sufragios, la segunda votación más alta. El candidato del oficialismo conservador, Rodrigo Lloreda Caicedo, quedó en el último lugar -por debajo del terrorista del M19 Antonio Navarro- con poco más de 735 mil votos.

Luego vino la elección de delegados ante la Asamblea Nacional Constituyente, cuerpo que redactó la Carta de 1991. Salvación Nacional volvió a presentarse y se constituyó en la tercera fuerza política, con 11 delegatarios liderados por Gómez Hurtado quien fue, junto a Horacio Serpa y Antonio Navarro, copresidente de dicha Asamblea.

Un amplísimo sector del conservatismo se sumó a la naciente colectividad impulsada por quien sin duda fue una de las figuras más relevantes de la política colombiana durante la segunda mitad del siglo XX.

En el escrito presentado ante el consejo nacional electoral, los peticionarios recordaron que “durante las elecciones parlamentarias de los periodos legislativos 1991, 1994, 1998, 2002 y 2006 el Movimiento de Salvación Nacional obtuvo representación en el Congreso tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes”.

Las cifras relacionadas con la representación de aquel partido demuestran cómo, a raíz del magnicidio de su fundador, la organización observó un decaimiento.

El doctor Álvaro Gómez fue asesinado el 2 de noviembre de 1995. El suyo fue, a todas luces, un crimen de Estado. Él era el verdadero jefe de la oposición al régimen mafioso que lideraba el testaferro político del ‘Cartel de Cali’ Ernesto Samper Pizano.

En la petición al consejo electoral se encuentra la siguiente afirmación: “ Con su asesinato [el de Álvaro Gómez] se le puso fin a uno de los más duros opositores al presidente en ejercicio [Samper], razón por la cual, el exministro Fernando Botero Zea y muchos otros calificaron el magnicidio y lo describieron como un crimen de Estado en el gobierno del expresidente Ernesto Samper Pizano, puesto que cuando fue asesinado, el dirigente conservador y varias veces candidato presidencial lideraba la oposición al gobierno del entonces presidente Ernesto Samper. A través de sus duros editoriales en el periódico El Nuevo Siglo reclamaba al mandatario su renuncia por el escándalo del proceso 8.000”.

Lo cierto es que las balas asesinas, además de haber acabado con el doctor Gómez Hurtado, pusieron fin al otrora influyente movimiento de Salvación Nacional partido que, como el nuevo liberalismo, debe recuperar su personería jurídica.

La democracia colombiana ha sido una de las principalísimas víctimas del terrorismo que ha azotado a Colombia. El alvarismo fue víctima del peor de los terrorismos de Estado. El crimen de Álvaro Gómez continúa en la más insoportable de las impunidades. Uno de los determinadores, Horacio Serpa, murió sin comparecer ante la justicia. Ernesto Samper y miembros de los organismos de seguridad del Estado no han sido llamados por la justicia, a pesar de que múltiples testigos, a lo largo de los años, los han inculpado. ¿Hasta cuándo?

En aras de la reparación a los familiares y seguidores de Álvaro Gómez, el restablecimiento de la personería jurídica del movimiento de Salvación Nacional es un paso en el sentido correcto.

@IrreverentesCol

Publicado: octubre 20 de 2021

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