Reducción de la jornada laboral. Una deuda con el trabajador colombiano

Reducción de la jornada laboral. Una deuda con el trabajador colombiano

Hace 70 años, en 1950, cuando Hans Selye, el famoso fisiólogo astruhúgaro, publicó su primer estudio sobre un extraño conjunto de patologías al que llamó “estrés”, nadie imaginaba que este se convertiría en uno de los males más comunes de nuestro tiempo. Desde entonces y hasta hoy, esta enfermedad está necesaria y crecientemente ligada a la calidad de vida de quienes disponen de menos tiempo para descansar

Hoy por hoy, cuando el mundo se ha hecho muchísimo más competitivo, las personas se ven obligadas a dedicar mucho más tiempo a sus actividades laborales y económicas, y esto por supuesto conlleva una gran disminución en el tiempo que se supone, debe dedicarse a esas actividades que distensionan, y permiten de paso lo que conocemos como mejor calidad de vida.

En los países desarrollados, la gente ha aprendido a medir su calidad de vida en razón al tiempo que dedican a su familia, o al disfrute de aquellas actividades que los apartan de las obligaciones laborales, buscando el equilibrio emocional. Los resultados saltan a la vista, se ha demostrado en muchas empresas, incluso de nuestro país, que quienes trabajan menos horas terminan por ser mucho más productivos y competitivos, eso sí, quienes trabajan con convicción y compromiso.

Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), establece que el promedio de horas laboradas en el mundo es de 40 horas a la semana, y América Latina es una de las regiones en las que más horas se trabaja. Países como Argentina, Brasil, Ecuador y Chile, entre otros, están dentro de ese promedio de las 40 horas laborales por semana.

No así Colombia, donde aún persiste la regla de 48 horas laborales, con el agravante de que algunas empresas manipulan a sus trabajadores con ciertas prebendas para lograr que el trabajador acceda, y en este sentido muchas veces se juega con la necesidad del trabajador. Si vamos más a fondo, Chile y Paraguay son las más flexibles en esta materia; su promedio es de 30 horas, en tanto que en Argentina aún persisten las 35 horas.

El estudio de la de la OCDE también señala que hay una relación directa entre las horas laboradas y el PIB per cápita: Chile, Uruguay, Argentina y Costa Rica, son países que registran el menor número de horas trabajadas a la semana, y sin embargo tienen un PIB per cápita promedio de US$15,220, en tanto que en Colombia, donde aún se trabaja 48 horas, ese índice per cápita no supera los US$6,408.

Lograr la reducción de la jornada laboral en los países que mencioné anteriormente no fue fácil, como tampoco lo ha sido en Colombia, donde alguna vez se propuso sin éxito. Pero es urgente que el país avance en materia de protección y calidad de vida para los trabajadores. Claro está, esta es una medida que exige el compromiso del sector empresarial, y también de los trabajadores, en materia de compromiso y productividad, pero, sobre todo, es algo que tiene que hacerse gradualmente.

Por eso, nuestro proyecto de Ley, al que le restan dos debates en el Congreso, está establecido y planteado de forma gradual, es decir; la jornada laboral semanal se reducirá cada año. Un año después de la entrada en vigencia de la ley pasaremos a 45 horas, a partir del segundo año, la reducción será hasta de 42 horas y a partir del tercer año, la jornada laboral sería de hasta 40 horas a la semana, sin que en ningún momento esto afecte el salario del trabajador.

Son muchos los cambios que aún se necesitan en el ámbito laboral, si queremos una mayor productividad y hacernos más competitivos. Es evidente que muchos empresarios tratarán de torpedear este tipo de avances. Pero llegó la hora de dar el gran salto hacia la transformación en beneficio de aquellos que, desde los diferentes renglones de la economía, trabajan cada día para reducir el desequilibrio y las brechas sociales y lograr una mejor calidad de vida, aportando de paso al crecimiento económico y social del país.

Tenemos que entender que el sector obrero es el pilar de la economía y el progreso de cualquier país del mudo, y Colombia le debe mucho en materia de derechos y calidad de vida a los trabajadores. Pues bien, esta la oportunidad de comenzar a saldar tan histórica deuda.

@JenniferAriasF

Publicado: diciembre 15 de 2020

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