Que el Estado no sea el enemigo

Colombia siempre se ha caracterizado en la región por ser un Estado serio y apegado a la constitución y a las  leyes, según algunos  esto viene de herencia de Francisco de Paula Santander que desde nuestra independencia fue conocido como el “Hombre de las Leyes” quién nos inculcó esto, pero también muchas veces hemos llegado a pensar que nuevas leyes y normatividades solucionan todos nuestro problemas cuando en realidad pasa todo lo contrario.

Los empresarios viven poniendo el grito en el cielo con la cantidad de normatividad y papeleo  que deben cumplir para sacar adelante un negocio, mucha tramitología no solo del orden nacional sino municipal, cuando por fin sacan adelante el proyecto empieza otro karma el de la vigilancia, este cada día mas complicado, no es solo una entidad, son muchas las que terminan teniendo relación con un negocio.

El Estado por principio debe promover el emprendimiento y la creación de negocios, somos un país donde la mayoría del empleo formal  lo generan las pequeñas y medianas empresas, generar herramientas y dar incentivos para que estas se fortalezcan es fundamental.

Un ejemplo es la Superintendencia de Industria y Comercio, donde se le han reconocido muchos avances en la protección al consumidor pero también ha generado una gran polémica por la manera a veces poco ortodoxa de actuar frente a determinadas investigaciones contra grandes empresas nacionales e internacionales durante el gobierno anterior.

Es preocupante que en muchas de estas investigaciones terminen los medios de comunicación influyendo en las decisiones de los funcionarios y que estos busquen mas su reconocimiento personal ante la opinión pública que la justicia y la verdad, cualquier apasionamiento puede terminar en una quiebra o un despido masivo de empleados, el país no está para botar a la caneca empleos cuando la lucha contra el desempleo ha sido tan difícil.

El caso mas sonado y que todavía sigue vigente es el de Odebrecht y los cargos abiertos al Grupo Aval y sus directivos por supuestamente haber incurrido en malas prácticas de competencia relacionadas con la Ruta del Sol Tramo II.

En este caso particular no pareciera que las pruebas fueran lo suficientemente mente validas para justificar muchos de los cargos, mas aun cuando los últimos testimonios  de los implicados no pudieron aseverar que miembros del Grupo Aval hayan tenido relación  o conocimiento con sobornos, desafortunadamente muchas veces este afán de protagonismo termina que la sociedad juzgue a priori sin el conocimiento.

Hay muchísimos casos mas, no mediáticos donde los entes de control y vigilancia de diferente orden territorial se han convertido para las empresas en el enemigo o incluso en la piedra en el zapato, sienten que no son medidos muchas veces con el mismo racero que a la competencia y que dado eso no han podido impulsar sus negocios con la suficiente tranquilidad.

Estamos en un momento crucial de nuestra historia, necesitamos que todos rememos hacia el mismo lado, el gobierno, las empresas, los trabajadores, vamos por buen camino, hemos venido mejorando todos nuestros índices de desempeño frente a nuestros pares como país, si seguimos así seguro seremos en pocos años una sociedad mucho mas justa, competitiva y  equitativa.

@SANTAMARIAURIBE

Publicado: diciembre 23 de 2019

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