Operación distractora

Operación distractora

La JEP es, sin duda ninguna, un lavadero de dinero y, también, de responsabilidades penales. Todos los amigos de Santos, encontrarán en ese tribunal el mecanismo para limpiar su pasado criminal. Hasta los ‘ñoños’ han tenido espacio para salvar su pellejo. 

Abundan las evidencias que confirman que la vida del doctor Álvaro Gómez Hurtado fue definida por una empresa criminal de la que hicieron parte la mafia y el gobierno de Ernesto Samper Pizano. 

  • Sobre el asesinato de Álvaro Gómez, lo invitamos a leer el especial Los Irreverentes 25 años de impunidad

En días pasados, reapareció la cuestionada exsenadora Piedad Córdoba quien está en el peor de sus momentos, no por cuenta de sus relaciones turbias con el terrorismo, sino por su cercanía con el testaferro de la satrapía venezolana, Alex Saab. 

De acuerdo con información del más alto nivel, las autoridades estadounidenses cuentan con suficientes pruebas que dan cuenta de vínculos que trascienden al ámbito social, entre Saab y la exsenadora Córdoba. No se descarta entonces que ella, eventualmente, termine enredada en el proceso que se adelanta en una corte de los Estados Unidos, país que desde 2018 le canceló la visa. 

Desde hace algunos años, empezó a moverse una tesis sin fundamento, según la cual el asesinato del doctor Gómez Hurtado fue obra de las Farc. 

Esa hipótesis, que va en contravía de cientos de miles de folios que obran en el expediente, empezó a enervarse en una supuesta comunicación -cuya autenticidad jamás fue comprobada- entre el extinto cabecilla de las Farc, alias ‘Tirofijo’ y uno de sus lugartenientes. 

Abundan los testimonios de narcotraficantes y paramilitares que conducen a una sólida teoría que, aunque las fiscalías liberales se han encargado de engavetar, apunta a la verdad: al doctor Gómez lo mataron los capos del norte del Valle por instrucción de Horacio Serpa y Ernesto Samper, transmitida a través de su amigo Ignacio Londoño Zabala, alias ‘Nacho’, narcotraficante que fue misteriosamente asesinado hace algunos años en la ciudad de Cartago. 

Buena parte de los testigos de ese magnicidio han sido asesinados o amedrentados. 

Pero ahora, la exsenadora Piedad Córdoba, quién sabe con qué propósito protervo, lanzó una cortina de humo por medio de su cuenta de Twitter donde escribió: “Señor Premio Nobel Juan Manuel Santos, exministro Cristo, senador Cepeda, señores Timochenko y Carlos Lozada, ya que están reuniendo (sic) para avanzar en la verdad, sería muy bueno que la encontraran sobre el asesinato del Dr. Álvaro Gómez Hurtado… Y que por ahí derecho le cuentan la verdad al expresidente Samper”.

¡Esplendoroso salvavidas!

Samper, que fue uno de los más obsecuentes patrocinadores del pacto de impunidades con las Farc y que es el padrino político de Juan Fernando Cristo, tiene un inmenso problema a cuestas: la investigación por el caso Gómez Hurtado lo tiene arrinconado. Así la justicia colombiana haya hecho hasta lo imposible por desviar la atención, la fuerza de las pruebas, sumada al trabajo del abogado de la familia, el doctor Enrique Gómez Martínez, conducen a una conclusión incontrastable: Samper y Serpa deben ponerle la cara a la justicia y responder por ese crimen. 

La intención de Piedad Córdoba salta a los ojos de todos. Lograr que la JEP asuma esa investigación para que dentro de 20 o más años se “concluya” que un comandante X de las Farc, aliado con ciertos sectores, planificó y ejecutó el magnicidio. Y aquello será suficiente para que los beneficiarios del acuerdo de La Habana queden a ‘paz y salvo’ con Samper, por los favores recibidos. 

De prosperar la fábula de Córdoba, estaríamos ante un nauseabundo pacto de impunidades fraguado entre bandidos y bendecido por el tribunal creado para limpiar el pasado criminal de los más peligrosos bandidos de nuestra historia.

@IrreverentesCol

Publicado: septiembre 8 de 2020

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