No hay razón para sorprenderse

No hay razón para sorprenderse

Como consecuencia de la laxitud de Santos, las Farc ofrecen objetos ridículos como unos traperos para reparar a sus víctimas.

Fue el fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez quien puso el dedo en la yaga, al revelarle al país lo que todos sospechábamos: la banda terrorista de las Farc no tiene el más mínimo interés de desprenderse de sus bienes para reparar a las víctimas.

Valga recordar que en el acuerdo de La Habana, no se contemplaba que las Farc repararían a la sociedad con su inconmensurable fortuna, fruto del tráfico de toneladas de cocaína, la extorsión, el abigeato y, por supuesto, el secuestro.

Como si se tratara de una “gran concesión”, los cabecillas de esa estructura criminal accedieron, luego de la victoria del NO en el plebiscito del pasado 2 de octubre, a supuestamente entregarle al Estado la totalidad de sus bienes para efectos de que éstos fueran utilizados en el proceso de reparación de las víctimas, tarea que debe ser emprendida cuanto antes.

Resulta exótico que, como pretenden los cabecillas guerrilleros, sus víctimas tengan que ser reparadas con recursos del erario, pues aquella se constituiría en una carga adicional para los contribuyentes.

Que las Farc hayan redactado su inventario de bienes como si se tratara de una lista de mercado hecha a las volandas, no tiene por qué sorprender a nadie. Eso de enumerar las fincas que poseen sin adjuntar los respectivos folios catastrales, no sirve para absolutamente nada. Para citar un ejemplo, ¿quién puede tener la capacidad de saber dónde está ubicada y cuál es la extensión de la finca “El Naranjal”? Si no hubiera sido por la valiente gestión emprendida por el fiscal Néstor Humberto Martínez, el gobierno de Santos habría dejado pasar ese asunto sin que el país se hubiera enterado de la nueva burla de los delincuentes liderados por alias Timochenko.

Sí resulta insólita e inaceptable la reacción del Humberto De La Calle, quien fue el hombre que engendró ese monstruoso acuerdo de La Habana. Ahora, que posa de candidato presidencial, les reclama a las Farc seriedad, cuando él mismo fue el que permitió que el documento pactado quedara lleno de poros, lugares comunes y vacíos que le facilita el camino a la guerrilla para que pueda hacer lo que le dé la real gana.

Si las Farc ofrecen unos traperos, dos docenas de bombillos, 50 rollos de papel higiénico, una gruesa de veladoras y un par de cortaúñas para la reparación de sus víctimas, es consecuencia de la laxitud cómplice de Santos, pero sobre todo de su jefe negociador, Humberto De La Calle, quien durante los 5 años que estuvo en Cuba hablando con los forajidos, no tuvo la precaución de fijar unos lineamientos muy claros y rigurosos respecto de los bienes de la guerrilla.

Urge que se introduzcan los correctivos necesarios para evitar que, al final del día, terminen los colombianos de bien sometidos a una nueva reforma tributaria para recaudar los fondos que deben destinarse a la reparación de las víctimas y las Farc, gracias a la ambigüedad de su listado, terminen quedándose con la totalidad de sus bienes, pues el Estado se demorará décadas enteras ubicando sus supuestas fincas e inmuebles.

@IrreverentesCol

Publicado: agosto 25 de 2017