Los líos y retos del presidente Iván

Los líos y retos del presidente Iván

Iván Duque pasó en 4 años de ser un desconocido a ganar la presidencia y Marta Lucía Ramírez, será la primera mujer vicepresidente en Colombia. Tanto él como su gobierno, son portadores de una gran esperanza y deberán hacer frente a las problemáticas que su antecesor no resolvió si esperan sacar al país del descontento que Petro capitalizó durante las presidenciales.

Dicho esto, si bien el Presidente electo llegó a la Casa de Nariño con un amplio respaldo de sectores de opinión –que temían a la experiencia venezolana, se interesaron por su programa o simpatizaron con su candidatura-, es claro que los respaldos de maquinarias políticas tradicionales y en especial la del expresidente Uribe también fueron claves.

Unos respaldos que aunque generaron resistencia entre electores jóvenes y “alternativos”, permitirán que Duque cuente con las mayorías necesarias en el Congreso para sacar adelante las iniciativas que Colombia necesita en temas como la reforma al sistema político, electoral y de partidos. Reformas sin las cuales la lucha contra la corrupción quedaría sin fondo.

También quedarían en el aire los intentos por hacer del Pacífico y el suroccidente colombiano regiones más competitivas en las que el descontento de la ciudadanía deje de ser aprovechado por políticos populistas que valiéndose de la necesidad, la violencia y la pobreza, ofrecen “soluciones” políticas inmediatistas con resultados imprevisibles.

Necesitamos que durante los próximos 4 años, el nuevo gobierno se dedique a superar varios retos que Santos subestimó en su obsesión de acabar la guerra contra las FARC dividiendo la sociedad y logrando unos resultados mediocres: la movilidad en las grandes urbes, el sistema de salud, la crisis de la justicia, la inseguridad, la corrupción y situaciones complejas fiscales como la deuda exterior –que en enero del presente año ascendía a $124.375 millones de dólares como consecuencia del gasto desmesurado y el derroche estatal-.

Ojalá el país no pase de la polarización falsa entre guerra y “paz” a la lucha de clases que trató de plantearse en las presidenciales, cuando Petro despertó un resentimiento social semejante al de Chávez en Venezuela. Por lo cual, no sólo esperamos que Duque sea un excelente Presidente, sino el que ponga en marcha los cambios estructurales que Colombia necesita para aliviar las tensiones existentes en una sociedad que perdió la esperanza y ahora vive inconforme con el Estado, la política, los modelos y sistemas.

@ChriGarces

Publicado: junio 22 de 2018

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