Los alternativos: lobos disfrazados de oveja

Los alternativos: lobos disfrazados de oveja

Mentira, desinformación, destrucción y arrogancia, suelen ser el común denominador de algunos mandatarios y líderes políticos que se autodenominan «alternativos», pero no son más que politiqueros disfrazados, que con sus acciones terminan siendo todo lo opuesto a la palabra progreso. Esto por supuesto, le está haciendo un daño enorme al desarrollo de los territorios, toda vez que para este tipo de personas resulta difícil aplicar los conceptos de cohesión, articulación, y trabajo en equipo, mientras no sean ellos los protagonistas de cada acción, por lo que prefieren incluso, dejar de lado la competitividad, sin importar que sus egos choquen con el bien común.

Hay una frase cuyo autor es desconocido, aunque algunos la atribuyan al famoso General argentino José de San Martín:  «La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder«. Pues bien, esta frase resume casi que magistralmente a este tipo de personajes que pululan por la arena política, y que también tienen en común un discurso populista que atrae masas populares, las mismas que luego terminan desencantados de tan mesiánicos personajes.

Esta soberbia, tan patética como dañina, es común verla en mandatarios como Claudia López, que con falsas promesas y ataques viscerales a sus contrincantes, terminó siendo electa alcalde de Bogotá, y en solo nueve meses ha tenido más reveses que aciertos. No son pocas las críticas que ha recibido por la forma en que maltrata a sus funcionarios con gritos, órdenes totalitarias, y hasta pisoteando su dignidad, uno de estos hechos ocurrió en días anteriores, cuando en plena rueda de prensa, de manera abrupta le quitó la palabra al General Óscar Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana, cuando este se disponía a responder a la prensa.

Esta actitud es muy propia de los mandatarios «alternativos» cuando se sienten cuestionados en su desempeño, o en sus capacidades, sea por parte de la prensa, o de los mismos ciudadanos. Basta recordar personajes como Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali, que ante sus malos resultados en el manejo de la pandemia y la seguridad de los caleños, no permite ningún cuestionamiento, y su desfachatez es tal que, o se declara perseguido, a sale a agredir la prensa, y a descalificar su trabajo.

Recientemente en un hecho que fue denunciado por la Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, un periodista cuestionó las acciones de Ospina frente a temas de seguridad. La respuesta pública del mandatario en su cuenta oficial de Twitter, fue “en ocasiones salen imbéciles a la calle”. Igual ocurrió con otro periodista que le preguntó sobre las irregularidades en la contratación en la pandemia. El reportero asegura que el alcalde le respondió por mensaje directo en Twitter, pero una vez el periodista le solicitó que diera sus repuestas de forma pública, fue bloqueado”.

Ni qué decir de Daniel Quintero, alcalde de Medellín, y que en solo 9 nueve meses ya está siendo investigado por malos manejos de los recursos públicos, y tiene en la incertidumbre a la EPM, de la que se apoderó para nombrar a sus amigos, causando una ruptura en la confianza inversionista de la que hasta hace poco era una de las empresas más sólidas de América Latina. Es tan paupérrima su gestión, que ya hay movimientos de revocatoria en su contra, pero eso a quintero poco o nada le importa, y también se declara «perseguido cada vez que se le cuestiona»

Adicional a esto, a Quintero lo tiene tan envilecido el poder como alcalde de Medellín, que intentó personalmente y por medio de personas cercanas, presionar a los equipos periodísticos de la W Radio y El Espectador para obstruir una publicación sobre violencia sexual en su contra.

Acorralado por los señalamientos, Quintero contactó al propio Presidente de Caracol Radio tratando de obstaculizar la publicación que preparaban varias periodistas, y como no lo logró, ni siquiera ofreciendo millonarias pautas mediante Telemedellín, terminó señalando a las periodistas como opositoras a su gobierno y de tener intereses políticos sobre la publicación de la nota. Por fortuna, medios como la W y Caracol respaldaron a sus periodistas.

Ruedas sueltas en un país que precisa unidad

Otro factor que caracteriza a este tipo de «líderes alternativos» es su manía de querer hacerlo todo, desconociendo al Gobierno Nacional, rechazando y torpedeando cada esfuerzo del Presidente Iván Duque por aliviar la situación de los ciudadanos vulnerables, -los mismos a los que ellos dicen representar- pero que el tiempo ha demostrado, es lo que menos les importa porque para ellos están primero sus mezquinos intereses.

Para Claudia López por ejemplo, se volvió religión culpar al Presidente y a sus ministros de su propia ineptitud, y jamás va a reconocer que su manejo de la pandemia es tan desastroso, que Bogotá como ciudad, ocupa los primeros puestos de contagio frente a las capitales principales de América Latina, esto gracias a una serie de medidas desacertadas, y que antes de contribuir a la solución, se vuelve parte del problema… Recientemente se fue lanza en ristre contra los industriales, acusándolos de falta de humanidad, pero omitiendo que la propia ANDI le gestionó en marzo recursos por más de 10 mil millones de pesos.
Ah, pero eso sí, se opone a la reactivación de la economía, y cuando el pueblo reclama, termina escudándose en que la culpa es del ministerio de hacienda, del aeropuerto el Dorado, y bla, bla, bla, todos menos ella. ¡Solo le falta culpar al señor de Monserrate!

Corruptos, solapados y tibios

De otra parte, si algo termina por hacerlos afines, es que todos ellos dicen ser dicen ser decentes, y prometen poner tras las rejas a todo aquel que pretenda apropiarse de los recursos públicos. Pero terminan convertidos en miserables mercaderes del erario. Para la muestra, sujetos como el tristemente célebre Samuel Moreno, quien en su momento fuera la gran esperanza de cambio para la política colombiana, y hoy convertido en símbolo nacional de la corrupción, tras desfalcar a Bogotá en más de 1.100 millones de dólares, en uno de los escándalos más repulsivos que recuerde la capital del país.

El mismo Gustavo Petro, que presume de «Adalid de la Justicia» pero grabado recibiendo millonarios aportes de dudosa procedencia, y acusado de otorgar miles de contratos a dedo, y hasta de atentar contra la educación que tanto dice defender, desfalcando hasta universidades públicas. 

Así mismo Claudia López, cuya investigación más reciente por parte de la Contraloría tiene que ver con el manejo de recursos durante la emergencia por el Covid. o el «profe» Sergio Fajardo, investigado por la Fiscalía, la Procuraduría, y la Corte Suprema de Justicia por varios casos de presunta corrupción durante su ejercicio como gobernador de Antioquia, y así como ellos hay una lista de funestos personajes «alternativos» 

Finalmente, la tibieza política que los caracteriza, los lleva a negar que son personajes de la izquierda; temen ser asociados con criminales como los de las FARC, aunque callan ante los crímenes horrendos de esta organización, y prefieren culpar al gobierno de esta barbarie. Por eso callan, porque les produce pavor al verse descubiertos, y tratan de desligarse, propugnando ser de «Centro» o en el mejor de los casos dicen ser de «Centro Izquierda» dos corrientes políticas que resultan ser una fábula. Al final todos son comunistas, solo que se visten como ovejas, pero son lobos capaces de destruirlo todo para propio beneficio.

El plan siniestro

El plan de los líderes de alternativos parece ser entonces, torpedear todo lo que hace el Gobierno Nacional, para capitalizar el descontento de los ciudadanos, atizando el odio de clases para catapultar réditos políticos. su consigna es fortalecerse como movimientos alternativos, de cara a las elecciones de 2022, sin importar que finalmente sean los territorios los que están llevando la peor parte. Es decir; destruyamos lo construido, bienvenido el caos, divide y reinarás.

Así son los líderes alternativos: Mentira, desinformación, destrucción y arrogancia. Por esto y por mucho más, ojo con el 2022; que no los engañen los alternativos, que no son más que politiqueros disfrazados de demócratas.

@JenniferAriasF

Publicado: agosto 4 de 2020

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