Llamado al Contralor y al Ministro de Salud para salvar al HUS

Llamado al Contralor y al Ministro de Salud para salvar al HUS

En mi columna del 5 de septiembre puse al buen criterio de mis lectores unos indudables manejos turbios que se vienen realizando en el Hospital Universitario de Santander, dirigido actualmente por el señor Edgar Julián Niño Carrillo. 

El primer tema pendiente es el de la famosa ACREDITACIÓN, que algunos medios de comunicación locales han divulgado, pero con ningún objeto diferente al de un publirreportaje. 

Según consulta en la página del SECOP, en 2018 se han firmado contratos por la no despreciable suma de $610 millones para el ¨proceso de acreditación¨ del hospital.  Los más representativos son el No.229/2018 por 4 meses firmado con ALMERA INFORMATION MANAGEMENT LTDA cuyo Nit es 900.156.470, empresa radicada en Manizales.  Recordemos que el gerente no es muy regionalista que digamos y varios de los contratistas provienen de fuera de Santander, especialmente de Cúcuta, como es el caso de los encargados de cartera y una agencia de abogados para la ¨recuperación¨ de cartera inocuamente cobrada. 

Otro contrato generoso es el número 017 de enero 4 de 2018, firmado aceleradamente antes de la fiesta de reyes magos, con CONSULTORES PROFESIONALES CORPORATIVOS CPC S.A.S con Nit 900.800.255 por la bicoca de $337.000.000 con 10 meses de plazo. Según el número de Matrícula Mercantil 52591512, la sociedad está constituida y radica en Medellín.  Otro apoyo a las empresas de Santander por parte del actual gerente. 

Según el formato de necesidad de elaboración de estudios previos del 22 de diciembre de 2017, firmado por la ENCARGADA de la oficina asesora de calidad del HUS, SANDRA LILIANA SALAZAR MONTAÑA, y quien según página del SIGEP, no tiene experiencia profesional ni estudios en temas de calidad, se justifica la contratación teniendo en cuenta que el HUS no cuenta con profesionales ¨suficientes¨ para el tema de la acreditación.  El acta de inicio del contrato fue refrendado por la misma persona encargada de los estudios previos y a la fecha no se puede observar ninguna firma en las actas de ejecución por parte de la bacterióloga que es titular en el cargo de asesora de calidad. 

Ahora faltará ver el costo en que deberá incurrir el HUS con el ICONTEC para la famosa y presumida acreditación. 

Por cierto, se realizó una revisión aleatoria en el SIGEP de las hojas de vida de los 41 cargos ocupados actualmente en el HUS – incluyendo la del gerente – y se encontró que ni presentan información académica ni experiencia laboral.  Al parecer el gerente desconoce que el Decreto 1083 de mayo 26 de 2015 también aplica a las Empresas Sociales del Estado como es la IPS pública que dirige.  Hay alguien encargado de recursos humanos, o al igual que las incapacidades médicas que son pagadas al 100% transgrediendo toda normatividad existente. Parece que la Función Pública no aplica en la IPS más grande del Oriente Colombiano.

Otro tema es el de los viajes constantes del actual gerente que denota una ¨eficiente misión¨ de ejecutar el presupuesto de viáticos en 2018, que supera los 50 millones de pesos. ¿Viajes semanales a la capital?, ¿y los resultados? Veamos…

Debemos retomar las cifras al momento de su llegada a la dirección del centro hospitalario en marzo de 2017 y las cifras a junio de 2018, es decir, catorce meses después. 

Según los estados financieros reportados en la página web de la entidad, en marzo de 2017, las cuentas por cobrar (cartera) del HUS sumaban $145.259 millones y en junio de 2018 $211.256 millones. Es decir, un incremento de $65.997 millones en los saldos de cartera. Otro rubro a revisar es el de la venta de servicios – facturación -, que presenta de junio de 2017 a junio de 2018 un incremento de tan solo de $7.449 millones.  En resumen, el incremento en las ventas no es directamente proporcional ni referente para el incremento incontrolable y exagerado de la cartera. 

¿Y entonces, los viajes para qué?  Parece que el único presupuesto que se ejecutará eficaz y eficientemente a cabalidad es el del rubro de viáticos.  Así como existió un Papa viajero y en Colombia hasta un presidente viajero – Andrés Pastrana –  el Hospital Universitario de Santander aportará con un ¡gerente viajero!  

Adicional a las decenas de viajes, tal vez justificables, pero poco productivos según muestran las cifras de los estados financieros del hospital, tenemos que sumar la exigua labor realizada por los contratistas que han llevado por años las tareas de facturación y cartera en el hospital. Recordemos que uno de ellos, tenía vínculos incuestionables el ex congresista Holger Díaz, hoy inhabilitado por actos de corrupción con SaludCoop. Otro de los contratistas tiene vínculos con un ex senador condenado por parapolítica y cuyo partido está en proceso de perder la personería jurídica. Los actuales contratistas, de los cuales profundizaré en otra columna, son de nuestra hermana Cúcuta (COOPERATIVA DE TRABAJO ASOCIADO SANTA MARTA), de Bogotá (VCO S.A.) y por Bucaramanga (COOPERATIVA DE TRABAJO ASOCIADO PEOPLE WORK)

Es indudable que el hospital más grande de la red pública en Santander, terceriza sus procesos misionales como son facturación y cartera a través de las famosas CTA (Cooperativas de Trabajo Asociado).  Debemos remitirnos a la Ley 1429 de 2010 y el Decreto 2025 de 2011 que reglamentó parcialmente su artículo 63. El ex ministro de Trabajo Luis Eduardo Garzón quiso meter al congelador la ley con el Decreto 583 de 2016, pero al final un fallo del Consejo de Estado conllevó a su derogación. ¿No es prohibido que los hospitales contraten con CTA (Cooperativas de Trabajo Asociado)?  

Un tema que causa curiosidad, es la sanción establecida en segunda instancia a la actual subgerente administrativa y financiera del centro hospitalario, Martha Rosa Amira Vega Blanco, antes Secretaria de Hacienda del hoy detenido por corrupción, Luis Francisco Bohórquez Pedraza. Según consulta realizada en página web de la Procuraduría General de la Nación, la funcionaria tiene una sanción consistente en suspensión de un mes para el cargo ocupado en la Alcaldía de Bucaramanga. Teniendo en cuenta que al momento de la primera y segunda instancia no laboraba en el ente territorial, la sanción se conmuta en multa y debería pagar sobre el salario devengado en ese entonces, cosa que no ha ocurrido y se genera presuntamente una inhabilidad sobreviniente.  Otro ejemplo de la politiquería y desidia administrativa del hospital.

Según la Ley 734 de 2000 – Código Único Disciplinario – en su artículo 45 formula literalmente que «Si al momento del fallo el servidor público o el particular sancionado presta servicios en el mismo o en otro cargo similar en la misma entidad o en otra entidad oficial, incluso en período diferente, deberá comunicarse la sanción al representante legal o a quien corresponda, para que proceda a hacerla efectiva».  Por lo tanto, no es entendible por qué si la sanción consistente en suspensión del cargo fue ratificada en segunda instancia en octubre 30 de 2017, con efectos jurídicos a partir del 1° de diciembre del mismo año, nueve meses después no se haya cancelado la multa por parte de la funcionaria.  Es de general conocimiento que las faltas disciplinarias se generan por acción o por omisión y en este caso en particular el gerente del HUS y los funcionarios de control interno disciplinario a pesar de la sanción vigente, se hacen los de la vista gorda u omisión al cumplimiento de sus funciones que llaman.

El último tema a tratar por ahora, es el de las glosas. Para ubicarnos en el tema, las glosas son aquellas observaciones que realizan las diferentes empresas a las cuales las IPS le prestan servicios, como son las EPS, secretarías, aseguradoras, etc.  Estas objeciones están normadas por la Resolución 3047 y el Decreto 4747.  Existen conciliaciones – que en realidad son negociaciones disfrazadas – con las EPS, aseguradoras y demás deudores, donde por una ¨práctica¨ insana convertida en costumbre, los valores a debatir se manejan al mejor estilo de un San Andresito, es decir con rebaja sin respaldo legal alguno, con porcentajes de aceptación por parte del hospital, que al final no son más que un detrimento al erario por parte de los responsables del proceso y bajo la responsabilidad fiscal del gerente.  ¡Lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta!

Preguntas al aire: ¿Existe oficina de Control Interno en el Hospital Universitario de Santander?

¿Los entes de control fiscal y disciplinario saben de estas situaciones?, ¿O simplemente como pasa en la gran mayoría de los casos, se hacen los de la vista gorda por el amiguismo político? 

Contralores Diego Fran Ariza y Carlos Felipe Córdoba, es un llamado de S.O.S. para el hospital más importante de la región.

@LeszliKalli

Publicado: septiembre 20 de 2018

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