Las cartas sobre la mesa

Las cartas sobre la mesa

Silenciosamente, se viene ambientando una conflagración al interior del Centro Democrático que si no es sofocada a tiempo, puede desembocar en una división como la que se vivió en 2014, cuyas consecuencias aún se perciben en el ambiente uribista.

Al quedar confirmado por la propia directora del CD, Nubia Stella Rodríguez que gracias a las decisiones adoptadas por el cuestionado consejo nacional electoral, la campaña de Óscar Iván Zuluaga es inviable, empieza un reacomodamiento de fuerzas y una puja entre los actuales precandidatos para ver quién de ellos logra cautivar a la dirigencia a nivel local que hasta el momento había acompañado a Zuluaga.

El pulso más importante se dará en Antioquia donde hay enfrentadas dos fuerzas mayoritarias: la que lidera el senador José Obdulio Gaviria y la corriente de origen conservador de Fabio Valencia Cossio.

En la política de hoy, al disciplina para perros simple y llanamente no existe. Gracias al flujo de información y del conocimiento que cada persona puede tener de los distintos candidatos, va a ser muy difícil que los “jefes” políticos logren que sus prosélitos los acompañen disciplinadamente en la decisión que adopten.

La campaña avanza y los candidatos empiezan a tener seguidores cada vez más convencidos de sus bondades. Por más sincera que resulte la decisión de adelantar una campaña con altura, sin descalificaciones ni ataques personales, con el calor del debate, las buenas intenciones poco a poco empiezan a ser desplazadas por el paroxismo propio de los pulsos electorales.

Ya se ven escaramuzas en las redes sociales entre los seguidores de uno y otro precandidato. Lo cierto es que en el caso de Iván Duque, por ejemplo, desde el mismo instante en que anunció su intención de ser precandidato, empezó a recibir furiosas descargas de artillería, con señalamientos que carecen de verosimilitud.

Ahora bien. Hay un hecho que cada vez toma más fuerza y es la percepción que se tiene sobre el precandidato Duque. Aquella percepción está precedida por un trauma que tienen las bases uribistas respecto de la traición protagonizada por Juan Manuel Santos.

Errores recientes de Duque, que han encendido la luz de alerta en algunos de sus más firmes seguidores, se han encargado de alimentar aquella percepción, la cual es hábilmente capitalizada por sus contendores. Es natural en una competencia política que los contendientes aprovechen las salidas en falso y los resbalones de sus rivales.

Pero el Centro Democrático no puede darse el lujo de permitir que sus bases se dividan irremediablemente en una precampaña que tiene dos elementos bastante significativos. El primero de ellos es que la mayoría ciudadana ha expresado querer votar en las presidenciales de 2018, “por el que diga Uribe”. El segundo, que absolutamente ninguno de los precandidatos que hay hoy en competencia despierta el fervor ciudadano. Los niveles de desconocimiento de Iván Duque -3 años como senador-, Carlos Holmes Trujillo, María del Rosario Guerra -3 años en el senado- y Rafael Nieto Loaiza, son preocupantes.

Ante aquella realidad, es fundamental que el uribismo defina cuanto antes cuál va a ser el procedimiento para elegir a su candidato. Pero para ello, debe dejar muy claro cuándo será la fecha límite para inscribir las precandidaturas. Este no puede seguir siendo un proceso en el que no hay reglas ni fechas ni procedimientos definidos y claros.

La designación de Óscar Iván Zuluaga en 2013, fue hecha con un mecanismo poco transparente y en el que hubo una evidente trampa. Aquello fue el detonante de una fractura en la naciente colectividad uribista, cuyo costo fue la derrota en las elecciones de 2014.

El Centro Democrático debe aprender la lección y ser consciente de que el triunfo en 2018 no es una opción, sino un imperativo.

El rival no está en el seno de la colectividad, sino afuera, en la coalición que integrarán las Farc y el santismo para elegir lo que ellos llaman “un gobierno de transición”. Que los precandidatos sean conscientes de esa realidad y decidan una hoja de ruta sensata para poderle mostrar en un tiempo prudencial a la base uribista quién es la persona “que dijo Uribe”.

@IrreverentesCol

Publicado: julio 24 de 2017