La partida de un grande

La partida de un grande

El país llora la muerte del doctor Fabio Echeverri, el hombre que ayudó a Uribe a sacar adelante a Colombia

En horas de la mañana del 28 de octubre, luego de estar dos semanas en cuidados intensivos en la clínica Shaio en Bogotá como consecuencia de un accidente casero, falleció el industrial y presidente honorario del Centro Democrático, Fabio Echeverri Correa.

El nombre del doctor Echeverri quedará inscrito con letras diamantinas en la historia de Colombia. Un hombre comprometido con el desarrollo industrial de nuestro país. Durante 17 años fungió como presidente de la asociación nacional de industriales, Andi. De hecho, fue la persona que puso a ese gremio en el lugar destacado que hoy aún ocupa.

Nacido en Medellín en 1933, el doctor Echeverri estuvo signado por la política desde su más tierna infancia puesto que su padre, Luis Guillermo Echeverri, fue uno de los más importantes dirigentes políticos de Antioquia, a mediados del siglo pasado.

Fabio Echeverri fue un protagonista de todas las horas de la vida nacional. Un hombre recio, honesto, trabajador, exigente y disciplinado. Con tesón, sacó adelante buena parte de las empresas emprendidas a lo largo de su vida.

Fue un hombre de quien se puede decir que murió de pie. Estuvo en la lucha hasta el último instante de su existencia.

En 2002 ejerció la gerencia de la campaña que condujo a Álvaro Uribe a la presidencia de la República. Una vez instalado el gobierno, fue el gran consejero presidencial, el hombre que cerró filas entorno al presidente. Al ver el éxito del gobernante, un día sorprendió al país con su histórica frase de que era perentorio modificar un articulito de la Constitución para efectos de habilitar la reelección presidencial.

Era necesario hacerlo. Por primera vez en muchos años, nuestro país había tomado la iniciativa contra el terrorismo y las consecuencias positivas empezaban a registrarse en materia de inversión, crecimiento económico y desarrollo social. No podía permitirse que la tarea quedara a mitad de camino.

Asumió la gerencia de la segunda campaña del presidente Uribe con el mismo éxito. Las tareas emprendidas por Fabio Echeverri casi siempre, por no decir que siempre, salían bien.

Fue el gran motor de esa maravillosa obra que hoy se conoce como el Centro Democrático. Era un hombre directo, pero discreto. Nunca se le vieron manifestaciones de megalomanía, ni de sobreexposición. Respetuoso de las jerarquías, tramitaba con prudencia sus desacuerdos ante el presidente Uribe.

Pierde Colombia a un hombre grande y el Centro Democrático a uno de sus pilares fundamentales, a uno de los hombres que realmente le ayudó al presidente Uribe a sacar a Colombia del hoyo en el que estaba enterrada, en 2002 cuando empezó a aplicarse la política de Seguridad Democrática.

El precandidato uribista, Iván Duque, quien gozaba del respaldo del fallecido dirigente, en diálogo con LOS IRREVERENTES, lamentó la muerte del industrial manifestando que “el carácter de Fabio Echeverri y su verticalidad, los va a extrañar Colombia. Fue un hombre grande e irrepetible que entregó su vida para construir un mejor país”.

El abogado Abelardo De La Espriella, uno de los juristas más cercanos al presidente Uribe no ocultó su tristeza, al decir que “ha muerto un colombiano excepcional, un patriota a carta cabal que dedicó gran parte de su vida, sin ser empleado público, al servicio de los intereses superiores de la Patria. Son las virtudes al final de cuentas, las que definen qué tipo de personas somos, y no los defectos: el doctor Fabio Echeverri Correa, era un hombre leal, aguerrido, consecuente, coherente y doctrinario. Harán falta sus luces y su claridad en estos tiempos oscuros y delirantes que vive la democracia y la institucionalidad. Paz en la tumba de ese titán”.

Por su parte, el senador José Obdulio Gaviria, otro de los legendarios compañeros de batalla política del presidente Uribe, se pronunció recordando al doctor Echeverri en los siguientes términos: “Fabio Echeverri Correa fue la encarnación de la sabiduría y expresión de la personalidad de lo que llaman la ‘raza paisa’. Después de su largo trayecto en la Andi, desde donde ejerció un poder fundado en la inteligencia y la fortaleza de carácter, dedicó su vida a aconsejar bien. Unos lo oyeron y bebieron en esa fuente de sentido común que él encarnaba. Otros, en cambio, denigraron de él y hasta lo tildaron de enemigo. Me atrevo a decir que a quienes lo oyeron les fue bien y a quienes lo desoyeron, les fue mal”.

Paz en la tumba de don Fabio Echeverri Correa y a su familia, el más sentido y sincero saludo de condolencia. El país llora a su lado la muerte de ese ejemplar ciudadano.

@IrreverentesCol

Publicado: octubre 28 de 2017