La jugadita de Luis Ernesto Gómez

La jugadita de Luis Ernesto Gómez

Si Luis Ernesto Gómez piensa que el Concejo de Bogotá se le debe arrodillar a la Alcaldía, está muy equivocado. Puede que como Viceministro del Interior del Gobierno Santos se haya acostumbrado a desconocer la independencia del Congreso, pero esa situación no se puede repetir en la capital, más aún cuando se amedrenta a los concejales con mentiras en los medios de comunicación.

Digo esto a raíz del bochornoso plan que adelantó el Secretario Gómez para deslegitimar el notable debate de control político que adelantó por más de nueve horas la bancada de Cambio Radical en el cabildo distrital.

En concreto, Gómez y su equipo de comunicaciones esperaron maquiavélicamente a que los concejales se retiraran del recinto a almorzar para tomarle fotos a las sillas vacías de la corporación y publicarlas en los medios de comunicación, a pesar que el propio Secretario de Salud fue quien les solicitó a los cabildantes no comer en las curules para cumplir con los protocolos de bioseguridad.

Es decir, en vez de controvertir con argumentos la detallada exposición de Cambio Radical, Luis Ernesto prefirió acudir a semejante bajeza para mancillar la honra de la oposición bogotana. Una conducta que no solamente fractura las relaciones entre el Concejo y el Distrito, sino que deja un peligroso mensaje a los demás cabildantes que se atrevan a desafiar su magna sabiduría.

Ahora bien, en este reprochable escenario sería bueno conocer la posición de Claudia López al respecto. Como Senadora no fueron pocas las ocasiones donde intervenía con vehemencia para hacer respetar los derechos de la oposición en el Capitolio, pero parece que el salto del legislativo al ejecutivo le hizo cambiar de parecer, más aún cuando en las últimas semanas su agenda en el Concejo ha reportado fracaso tras fracaso.

Primero, el famoso “Plan Marshal”, que no era otra cosa distinta a una reforma tributaria solapada, se hundió por haberlo radicado de manera tardía. Segundo, la autorización del cupo de endeudamiento por $10.79 billones, el equivalente al 51.2% del presupuesto total de Bogotá para 2020, está pendiendo de un hilo.

Lo peor de todo, es que el Distrito no escatima esfuerzos para echarle el agua sucia al Concejo cada vez que sufre tropiezos en la corporación exponiéndolos ante los medios como los malos del paseo, cuando ciertamente la endeble coalición mayoritaria y la falta de gobernabilidad del Secretario Gómez son los únicos responsables de las sistemáticas derrotas que ha sufrido la administración López, sin mencionar el hecho que la Alcaldesa está más preocupada por crucificar al Presidente en Twitter que por sacar adelante los proyectos que logren disminuir la alarmante cifra de desempleo de 26% que tiene Bogotá.

Como están las cosas, pareciera que el santismo no solamente se reencauchó en Bogotá con altos cargos como la Secretaría de Gobierno, la Veeduría Distrital o la Secretaría Jurídica del Distrito, sino también con las desdeñables prácticas con que hicieron del Capitolio el salón anexo a la Casa de Nariño durante ocho años.

@LuisFerCruz12

Publicado: septiembre 9 de 2020

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