La denuncia de los patriarcas

La denuncia de los patriarcas

Enrique Gómez Hurtado, Mariano Ospina Hernández e Ignacio Valencia, hijos de los expresidentes Laureano Gómez, Mariano Ospina Pérez y Guillermo León Valencia, interrumpieron su retiro de la vida pública para elaborar, a 6 manos, una denuncia penal por el presunto delito de traición a la patria contra el presidente Juan Manuel Santos.

Faltando pocas horas para que el Congreso de la República empezara su receso de un mes, los dirigentes conservadores se dirigieron hacia el Capitolio Nacional con la denuncia a la mano para presentarla formalmente ante la secretaría de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.

Se lee en el texto elaborado por los 3 herederos de las casas conservadoras más representativas que  “son muchas y de muy diversa índole las actuaciones del Sr. Santos, que pueden servir de base para esta denuncia. Desde el primer día de su mandato, cuando traicionó a todos los que por él votamos, hasta la fecha, nos hace demostración de su gélido desprecio del juramento pronunciado en el acto de asunción de la primera magistratura. Miente y desinforma a derecha y a izquierda, al parecer sin otra preocupación distinta a la consecución de la traición a la patria que en algún momento pactó con el enemigo, no sabemos a cambio de qué contraprestación”.

Los vehementes dirigentes conservadores no ahorraron esfuerzos para fustigar al presidente: “desde el primer día de su gobierno, el Sr. Juan Manuel Santos nos mostró su capacidad de engaño. Desconoció, con descaro hasta entonces inconcebible en un funcionario con la más alta investidura, la naturaleza del voto, que no es otra cosa que la base del sistema democrático”.

En 2010, Gómez, Ospina y Valencia respaldaron la candidatura de Santos

Valga recordar que en la campaña de 2010, cuando en la primera vuelta presidencial Juan Manuel Santos se enfrentaba a Noemí Sanín como aspirante conservadora, los doctores Gómez, Ospina y Valencia, sin importarles la amenaza que profirió el entonces presidente de su partido, Fernando Araujo, de expulsarlos de la colectividad si no respaldaban a la candidata Sanín, ellos públicamente adhirieron a Santos confiados, como muchos millones de colombianos, en que él le daría continuidad a las políticas emprendidas por el presidente Uribe.

El sentimiento de desengaño fue el que los motivó a escribir y formular la denuncia que hoy reposa en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. En criterio de ellos, el acuerdo de paz que está a punto de suscribirse en La Habana “no es cosa distinta a un golpe de Estado, burdamente disfrazado con un grosero manto democrático. Con su frialdad absoluta el señor Santos, les preguntará a los colombianos si quieren la paz o la guerra. Para ello utilizará todos los medios a su alcance que quienes voten no se den cuenta de que están aceptando que la paz nos la dan las Farc, y que la fuente de la guerra está en la vigencia de nuestras instituciones democráticas”.

Las palabras de Enrique Gómez, Mariano Ospina e Ignacio Valencia, cargadas de sabiduría y ponderación que proveen los años y la experiencia, recogen el sentimiento de millones de colombianos que también, con impotencia, se sienten defraudados, estafados, mancillados y maltratados por el gobierno de Santos y que no dudan que el presidente de los colombianos ha traicionado a la Patria de manera recurrente.

 

@IrreverentesCol