La Corte Cándida de Justicia

La Corte Cándida de Justicia

“El congresista conocido como Jesús Santrich traicionó la confianza que el país depositó en él” son las palabras con la que el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Álvaro Fernando García, inicia su declaración para explicar las razones por las cuales el máximo tribunal decidió no dictarle orden de captura al guerrillero de las Farc tan pronto recuperó por última vez su libertad. Aparentemente para la Corte, que Santrich haya enviado un memorial manifestando su intención de comparecer fue suficiente para ganarse la confianza no solo de los Magistrados de la Corte sino de “todo” el país. No entiendo a qué país se refiere el Magistrado porque fuimos muchos los que advertimos lo que finalmente sucedió: Santrich se voló.

Continúa el Magistrado diciendo que “sin embargo, para la Sala Especial de Instrucción, todo indica que se trataba de simples artificios encaminados a dilatar el curso del proceso y a evadir la acción de la justicia”. Vamos señores Magistrados, ¿no estuvieron ustedes pegados a la pantalla del televisor cuando el Senador Iván Cepeda explicaba con genuina consternación que el estado de salud de Santrich era delicado después de su intento de suicidio para evitar ser extraditado a los Estados Unidos? Al final de esas declaraciones el Senador se lamentó porque, a raíz del intento de suicidio, habían puesto a Santrich en una dieta especial y no le habían dejado ingresar las frutas que le llevaba… pobre Santrich.

Honorables Magistrados, una persona que decide suicidarse antes que enfrentar la justicia es indicio suficiente de que está dispuesto a todo, inclusive a perder su vida, antes que dejarse capturar. Si el intento de suicidio no fue una alarma, no puedo evitar preguntarme qué aspecto de la persona de Santrich lo hizo meritorio de recibir tal confianza de la Corte: ¿el haber sido miembro de la guerrilla más feroz del continente? O los videos de la DEA que lo mostraban negociando el envío de diez toneladas de coca a los Estados Unidos. ¿Qué los cautivó más? Los crímenes que se les imputan como el secuestro? O sus burlas a las víctimas cuando les cantaba su infame quizás, quizás, quizás.

No señores, no hay palabras para lo que hicieron, o en este caso dejaron de hacer al permitir que Jesús Santrich se fugara para reunirse muy probablemente con el resto de cabecillas que, según informes de inteligencia se encuentran en Venezuela rearmándose. Ustedes son responsables por las consecuencias de su omisión, pero tranquilos, no son los únicos culpables del circo que tiene enervado al país. Lo cierto es que los primeros culpables son los Magistrados de la JEP que fueron incapaces de establecer la fecha de la comisión del cada vez más evidente delito. La garantía de la no extradición seguida por la decisión del Consejo de Estado al tomar la inusual decisión de declarar que Santrich era congresista porque, según ellos, el estar detenido se constituía en fuerza mayor. En ese momento Santrich el congresista quedó investido del fuero que lo puso bajo la competencia de la Corte Suprema de Justicia. Y Colombia llegó al momento de su historia de contar con un congresista guerrillero narcotraficante pedido en extradición en fuga.

Señores Magistrados, la candidez o exceso de inocencia se le puede permitir al ciudadano del común pero no a ustedes. Porque el caso de Santrich tiene relevancia nacional e internacional, y más específicamente en los Estados Unidos donde lo siguen esperando para juzgarlo por sus delitos. Me permito recordarles que este concierto para “mamar gallo”, donde participaron todas las cortes, podría llevar a que el gobierno estadounidense decida descertificarnos. No crean que las consecuencias de su candidez pueda ser un espaldarazo solidario porque el país esperaba más de de sus Cortes.

@ANIABELLO_R

Publicado: julio 12 de 2019

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