Rafael Gómez Martínez: Interrogantes sobre el devenir del Partido Conservador

En 1928 comenzaron unas tertulias culturales organizadas en el Teatro Municipal por el doctor Alfonso López Pumarejo. La primera de ellas fue inaugurada por el doctor Laureano Gómez Castro cuya conferencia se denominó: Interrogantes sobre el desarrollo de Colombia, conferencia que produjo un verdadero terremoto político y social. Fue tal la ovación recibida de parte del auditorio que a la semana siguiente el doctor López volvió a invitar al doctor Laureano para que continuara la segunda parte. Sobre dichas conferencias no quedó registro alguno. Una lástima.

En el 2016, dos sucesos en la vida pública acontecieron y pusieron de manifiesto la crisis de doctrina conservadora. El primero de ellos, durante la Convención realizada en el mes de noviembre en el auditorio de Corferias donde se solicitó que de acuerdo a los estatutos se aprobaran los principios fundamentales de la doctrina conservadora. La propuesta recibió un rechazo unánime de parte de los supuestos convencionistas.

Con respecto a los estatutos del Partido Conservador se podría acuñar la frase de Mark Twain: Es por la gracia de Dios que en nuestro país tenemos estas tres cosas indiscutiblemente preciosas: libertad de expresión, libertad de conciencia y la prudencia para nunca practicar ninguna de ellas.

Lo mismo acontece con los estatutos fundacionales el Partido Conservador. Es por la gracia de Dios que allí se encuentran consignados los principales apuntes con respecto a su doctrina. Qué más da, nadie quiere la doctrina. Lo que quieren es la mermelada.

En seguidilla a la Convención, como resultado del acallamiento de toda voz independiente, días después la dirigencia parlamentaria comprometió la respetabilidad y la relevancia histórica de este al asociarse al gobierno nacional de JMS para desconocer los resultados que se presentaron en el plebiscito realizado el 2 de octubre. Mientras que en Inglaterra el parlamento británico respeta la decisión popular del Brexit, en Colombia el Partido Conservador colombiano decide desconocer la voluntad popular.

El ambiente dentro del Partido Conservador en las actuales circunstancias es inhóspito para los conservadores de vieja militancia, como el suscrito, los cuales no encuentran eco en sus comentarios ante la dirigencia.

Teniendo en cuenta que bajo el gobierno de JMS se estableció una dictadura de facto mediante la coaptación de los poderes: ejecutivo, legislativo, judicial y su corte de áulicos impolutos a los cuales solamente les interesa sostener al régimen. El señor JMS hace y deshace con una facilidad que asombra ante lo cual la actual dirigencia del Partido Conservador guarda silencio cómplice. En palabras del mismo presidente: Hace lo que se le da la gana.

Bajo JMS la justicia perdió su credibilidad, su sabiduría, su dignidad. Los medios de comunicación se encuentran secuestrados por el régimen. El ejecutivo se convirtió en una AMG: Agencia de mermelada gubernamental para sostener a un régimen con el fin de satisfacer el voraz apetito burocrático y presupuestal del Congreso. A la clase dirigente empresarial solamente le interesa cuidar de sus intereses antes de la gran caída económica. Sin hablar de su complicidad en la aprobación de la reforma tributaria impulsada por el ministro de Hacienda Cárdenas, ¿Impoluto?

Todo lo anterior, bajo el silencio cómplice del Partido Conservador. Al Partido se le olvidó que su vocación de servicio debe ser la de defender  a la gente, al campesino, al empresario, a la familia tradicional, en contra de las dictaduras, de las tiranías. ¿Dónde hay un pronunciamiento de algún senador o representante conservador con respecto a la dictadura inhumana del señor Maduro y su régimen?

Bien cabría la afirmación de Álvaro Gómez Hurtado cuando comentó que se nos ha refundido la patria, sabemos que está ahí pero no es visible, no se siente. Pareciera que ya no puede ser sujeto pasivo de nuestros quereres ni sujeto activo de nuestras acciones. Nadie la ha matado, nadie la ha derogado. Pero no se habla de ella, no se le invoca, no se le perturba…

De la misma manera, se podría comentar que al Partido Conservador del siglo XXI nadie lo ha matado, ni derogado, pero no se habla, ni se le invoca, ni se le perturba. Sabemos que está ahí pero no se siente. Pareciera que se convirtió en un sujeto pasivo de nuestra débil democracia ante las amenazan que circundan.

Por las razones expuestas, en mi calidad de afiliado la próxima semana presentaré mi renuncia al Partido Conservador que me vio nacer; al que veo morir, indignamente. Ante la decadencia que se nos aproxima alguien con valor cívico, con los principios conservadores clásicos, debería aparecer en la palestra.

Puntilla: Procurador Carrillo, ¿Para cuándo la apertura de pliego de cargos por omisión a los ministros impolutos Iragorri, Cárdenas y la pareja sensual?

@RaGomezMar

Publicado: febrero 7 de 2017