Historia de un panfletario

Historia de un panfletario

No son pocas las polémicas en las que ha estado involucrado el activista del socialcomunismo, Hollman Felipe Morris. Además del escándalo que se desató cuando su exesposa y madre de sus dos hijos lo denunció públicamente por maltratos físicos y psicológicos, están los señalamientos que algunas mujeres le han hecho por acoso sexual.

Igualmente, cuando se desempeñó como gerente del Canal Capital -durante la alcaldía de Gustavo Petro-, Morris convirtió a ese medio de comunicación público en un aparato de propaganda, llegando al extremo de perseguir y acosar laboralmente a los empleados del mismo que no estuvieran totalmente matriculados con la agenda del petrismo.

Sobre el caso de Canal Capital, le recomendamos leer Concejal Inhumano  y La Stasi de Hollman Morris.

El nombre de Morris, que dice ser aspirante al Congreso de la República, volvió a sonar con ocasión del bombardeo de la Fuerza Pública al campamento del jefe terrorista alias Gentil Duarte, uno de los principales cabecillas del brazo armado de las Farc.

Sin evidencia ninguna, Morris hizo pública una lista con los nombres de 16 niños que, según él, perdieron la vida en esa acción legítima emprendida por las FF.MM. y que claramente afecta a las Farc, grupo con el que Morris ha estado estrechamente vinculado.

No es la primera vez que Morris fabrica una historia, abusando de su supuesta condición de defensor de los Derechos Humanos.

En el año 2007, Morris dirigía un programa llamado ‘Contravía’. Aquel era un negocio maravilloso, pues recibía generosas donaciones de organismos internacionales y organizaciones filantrópicas de extrema izquierda -entre las que se encuentran las de George Soros- que veían en su trabajo un aporte significativo a la defensa y promoción de los DD.HH.

Morris hizo un programa especial sobre la denominada ‘Comunidad de Paz de San José de Apartadó’. Allí entrevistó a la señora Yudy Guzmán quien, ante la cámara y visiblemente conmovida, narró que su esposo, Wilson Cardona, había sido desaparecido por un escuadrón de militares y paramilitares.

En la grabación, la señora Guzmán narró que “yo le estaba sirviendo el desayuno. Entonces él partió un aguacate y se sentó afuera. Entonces cuando yo menos pensé fue la ‘plomiza’ (sic) más verraca”. Morris le preguntó qué le había sucedido a su esposo, a lo que la “víctima” respondió que “de él no se sabe nada…”.

Una puesta en escena muy bien elaborada. La realidad, tal y como se pudo documentar, es diametralmente diferente. Borja, como él mismo confesó, era perteneciente del frente 58 de las Farc, donde delinquía con el alias de ‘Salomón’.

Se desmovilizó y concedió una entrevista en la que reveló que Morris le había pagado a su esposa para que diera esa entrevista. Cuando la señora Yudy Gómez hizo las declaraciones ante las cámaras de ‘Contravía’, su esposo no estaba desparecido. Estaba en la guerra.

“Lo que dije en esa película [el programa de Morris] fue porque fui presionada; me pagaron para que yo hablara todo lo que hablé…”.

Ese es el estilo de trabajo de Morris, cuyo nombre -cómo no- aparece muchas veces en el computador del jefe de las Farc, alias ‘Raúl Reyes’. En uno de los correos encontrados en esos equipos, Morris -que trabajaba de la mano con el terrorista internacional Rodrigo Granda- escribió: “Viejo, quiero que pensemos y estudiemos la posibilidad de elaborar un buen documental sobre el tema del canje. Yo tengo algunos contactos que desde ya me dicen que lo colocarían en los primeros canales de sintonía de toda Europa con un buen despliegue publicitario. Recuerda que en momentos de crisis ha bastado con una buena película o con una buena imagen o un buen documental para volcar la frágil opinión pública a pregonar acuerdos y pedir verdades…”.

A pesar de su afinidad ideológica, en las Farc eran conscientes de que Morris es un mercader y un vendedor de humo. Mientras Rodrigo Granda lo protegía, ‘Raúl Reyes’ no ocultaba su desconfianza hacia él. En un correo del 19 de marzo de 2005 se refirió a la posibilidad de que Morris fuera contratado en ‘Telesur’, el canal de televisión fundado por el dictador venezolano, Hugo Chávez. En palabras suyas, “Según informaciones, Jorge Enrique Botero [otro periodista colombiano aliado de las Farc] busca amigos fiables con experiencia en televisión, por lo que entiendo está interesado en William Parra [periodista que fungía como delegado de la guerrilla en múltiples actividades ilícitas como la negociación de misiles tierra-aire, que resultó absuelto por la justicia]. De Morris no sabía nada y personalmente de pedirme opiniones no lo avalaría…”.

En otro correo electrónico de mayo de 2006, ‘Raúl Reyes’ pone en evidencia a Morris ante una guerrillera de las Farc, dando a entender que es un embustero que inventa la existencia de amenazas de muerte en su contra: “Con la cobarde respuesta de Holman (sic), menos creo ahora en los cuentos de la amenaza de este personaje. Además de cobarde, es irresponsable y oportunista. No se deje conseguir de ese tipo para nada”.

Seguramente, apelando a su creencia de que la opinión pública es “frágil” y por ende fácil de manipular, Morris ha dado rienda suelta a su imaginación, fabricando falsas víctimas y haciendo puestas en escena para engañar al país con la falacia de que las Fuerzas Militares colombianas “asesinaron” a 16 niños en un bombardeo contra sus viejos aliados, los terroristas de las Farc.

@IrreverentesCol

Publicado: marzo 12 de 2021

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