Fríamente calculado

Fríamente calculado

El espectáculo de la firma del acuerdo de paz en la ciudad de Cartagena, con la presencia de algunos jefes de Estado, la mayoría de ellos provenientes de países centroamericanos sin mayor relevancia como El Salvador, Guatemala u Honduras, a menos de una semana de la votación del plebiscito es una treta más del gobierno para efectos de torcer y manipular el sentir popular antes de concurrir a las urnas.

Se trata de una manipulación a los electores que en su mayoría no han tomado una decisión con ponderación antes de votar el mamotreto de las 297 páginas redactadas en La Habana, bajo el amparo de Raúl Castro y Nicolás Maduro.

Resta una semana para las votaciones y lo que se viene es una manipulación absoluta a los ciudadanos. La portada de la revista oficialista y dirigida por el sobrino del presidente, Semana, con un rutilante SÍ y en cuyas páginas interiores se lee un grandilocuente editorial en el que se encuentran frases emocionales como que “hay ciertos momentos en la vida de las sociedades donde el destino de una nación puede cambiar definitivamente. El próximo domingo 2 de octubre los colombianos tienen esa cita con la historia. Ese día, desde las 8 de la mañana, podrán votar en el plebiscito SÍ o NO al acuerdo firmado entre el gobierno y las Farc que le pone fin a un conflicto armado de medio siglo”.

No, no se le pondrá fin a ningún conflicto. Los campos colombianos seguirán siendo mares de coca. La violencia en las calles no solo continuará sino que crecerá exponencialmente por cuenta de los miles de milicianos y combatientes de la guerrilla que continuarán haciendo lo que saben hacer: extorsionar, asesinar, robar. En fin, ejercerán con desenvolvimiento su profesión de delincuentes.

Los colombianos que hemos sufrido el rigor terrorista de las Farc, con impotencia tendremos que registrar a sus cabecillas paseándose por las calles de Colombia como líderes políticos victoriosos que se burlan de sus víctimas, que no aceptan sus crímenes, que no admiten su condición de criminales de lesa humanidad.

Esta semana que nos separa de la votación del plebiscito, estará cargada de manipulaciones a los electores. Presentación de esculturas del maestro Botero alegóricas a la paz, filtración de declaraciones de diferentes personalidades aplaudiendo el acuerdo. Revelación en los medios de comunicación afines al gobierno fragmentos de historias desconocidas del proceso de paz para presentarlo como una fábula heroica en la que gobierno y guerrilla hicieron esfuerzos suprahumanos para sacar adelante el acuerdo.

Antes de que empiece la veda para la publicación de encuestas, prevista para el martes 27 de septiembre, seguramente aparecerán sondeos en diferentes medios mostrando al SÍ con una arrolladora mayoría.

Paralelamente, la maquinaria politiquera está recibiendo su buena dosis de “mermelada” para asegurar que las bases concurran a votar con el tarjetón marcado y acompañado por algunas dádivas, tarea que le ha sido delegada a los denominados “Ñoños”. Por algo, el viernes pasado el presidente viajó a Montería y su invitado especial fue el senador Bernardo Elías, alias “Ñoño” quien lo acompañó, muy orondo en su avión.

nono-elias

Ante la oleada de manipulaciones y presiones políticas, el NO, con pocos recursos económicos y sin garantías reales de equilibrio, continúa haciendo la campaña de explicar los demonios que hay detrás de unos acuerdos que el país se apresta a avalar sin haberlos leído ni analizado con la serenidad que corresponde.

Después de toda fiesta, viene la resaca. Lo lamentable es que la resaca de la refrendación de esos acuerdos no se curará con una cuantas botellas de agua. La Colombia que se construirá a partir del próximo 2 de octubre será dramáticamente distinta de la que hasta ahora conocimos. Será un Estado hecho a la medida de las exigencias de una guerrilla que en La Habana logró imponer absolutamente todo lo que durante 50 años intentó hacer a través del terrorismo.

Los que hoy aplauden y presionan a la gente para que vote por el SÍ, serán los que dentro de pocos años deberán ponerle la cara al país y responder por la destrucción de nuestro Estado Social de Derecho.

@IrreverentesCol