Felicidades, padres

Felicidades, padres

Celebramos la festividad del padre. El mío se marchó hace 23 años y recuerdo, siendo yo un niño lo escuchaba entonar la canción de Silva y Villalba “Se murió mi viejo”.  Hoy por herencia la entono, con una extraña sensación que me aprieta el pecho, porque además como en la letra, “/ Mi pelo se ha llenado / de blanca ensoñación, / recuerdos que inundaron / de llanto el corazón.  / Ya se murió mi viejo, / ahora el viejo soy yo. / Recuerdo que de niño / con él jugaba yo, / que me contaba cuentos / hasta que un día murió.”

Dios me premió permitiéndome ser uno de ellos y por eso celebro esta festividad. Tengo la suerte de ser el padre de dos seres excepcionales; el mayor un hombre disciplinado, inteligente, estudioso y capaz. Trabajador incansable y de una calidad humana extraordinaria. La menor no se queda atrás en virtudes; es una réplica de su hermano. Creo que cuando termine su bachillerato  escogerá un buen camino para su vida que le permitirá ser muy profesional en lo que decida; estaré atento como obligación de la vida.

Como padre, siento que he cumplido la tarea tanto para la familia como para la sociedad. Mi hijo, luego de graduarse abogado, especializarse y hacer maestría, dictar clases en la misma universidad y desempeñarse en el sector público, decidió incorporarse a la política. Tengo la obligación de desearle el más grande de los éxitos.  Sé lo que lleva por dentro y de qué está construido.  Lo conozco y sé que le duele la pobreza de la gente y que está lleno de sueños e ilusiones que lo convierten en un visionario y un ser activo para lograr lo que se propone en procura del bienestar de sus semejantes. Sé que entiende que el equilibrio social se alcanza, cuando la productividad y el desarrollo generen riqueza, equilibrio económico y rentabilidad social.

Lo vi, lo escuche y lo percibí muy centrado en una manifestación pública la semana anterior, acompañado por mucha gente, en una simbiosis del cariño de las personas y el liderazgo suyo. Me gustó y me siento feliz y orgulloso porque por la voluntad de Dios y el amor con su mama, me dieron la dicha de ser su padre.

Andarás siempre con la frente en alto, te preparaste para la vida con esfuerzo. Anda y camina con la humildad que te enseñe. Sé que tienes claro que no todo dinero debe tocarse, que no toda mujer debe mirarse y que existe un cenit y un nadir que deben evitarse.  Adelante hijo, en la política hay que tener en cuenta al poeta Salvador Díaz Mirón “Los claros timbres de que estoy ufano / han de salir de la calumnia ilesos. / hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan… ¡Mi plumaje es de esos!     

Siempre prediqué que en una familia para mantener la armonía, no debería haber más de un político. En mi familia, pese a haberme retirado de la actividad política desde hace  cinco años, sigo pensando igual y lo ratifico con seguridad; el político en la mía es Miguel Moreno. Seré si tú me lo permites, un soldado más en las batallas que te esperan en esta tierra fértil donde algunos pocos se dedican a sembrar envidias e inquinas, pero a  pesar de ello si se siembra el bien, se cosechara buen fruto.

@AlirioMoreno

Publicado: junio 20 de 2019