Éxodo

Éxodo

Escenas parecidas a las que se registraron cuando las tropas aliadas abrieron las rejas de los campos de concentración al final de la Segunda Guerra Mundial, se han visto en los últimos días en la frontera entre Colombia y Venezuela en el Norte de Santander, luego de que la dictadura de Maduro permitiera el paso desde aquel país hacia el nuestro.

Miles de venezolanos, huyendo del hambre, buscando desesperadamente la manera de satisfacer sus necesidades básicas, en búsqueda de un poco de libertad, se botaron hacia el lado colombiano generando una crisis humanitaria que sospechosamente los medios de comunicación nacionales han querido silenciar.

Según las estimaciones de algunos observadores, más de 30 mil venezolanos han cruzado la frontera desde el momento en que la satrapía caraqueña dio la orden de levantar la prohibición que existe desde hace más de 10 meses.

De acuerdo con informaciones recibidas por LOS IRREVERENTES, cuatro son los puntos donde es mayor el éxodo de venezolanos hacia nuestro país. El primero de ellos desde San Antonio del Táchira con Villa del Rosario. El segundo está ubicado en el punto entre Ureña, Táchira y Cúcuta.

Así mismo, en Las Delicias –Venezuela- y Herrán, Norte de Santander, se han registrado entre 200 y 300 casos diarios de personas que cruzan la frontera, mientras que en el punto que divide a La Grita y Puerto Santander el flujo ha sido de más de 100 venezolanos diariamente.

Crisis migratoria y humanitaria

Uno de los grandes temores de las autoridades del Norte de Santander es el que tiene que ver con la estadía de esos ciudadanos venezolanos que están, literalmente, huyendo del hambre y de la tiranía. ¿Vienen a Colombia a satisfacer sus necesidades básicas para luego regresar a su lugar de origen o van a quedarse indefinidamente en territorio colombiano? Es la pregunta que ronda a muchos nortesantandereanos que ven cómo sus calles, día a día, se llenan de venezolanos desesperados que buscan, como sea, la manera de subsistir.

Durante más de 10 meses estuvo cerrada la frontera entre Colombia y Venezuela, generando una crisis humanitaria de incalculables consecuencias.

Y mientras eso sucede, la cancillería colombiana voltea la mirada hacia otro lugar. No hay una política pública que atienda la gravedad de la crisis, ni que fije unos lineamientos para impedir que la crisis humanitaria que se padece en la frontera, que de por si ha tomado unos niveles insospechados, se salga de control.

En diálogo con LOS IRREVERENTES, el concejal de Cúcuta por el uribismo, Juan Capacho, manifestó su preocupación y su malestar por la ausencia el gobierno colombiano. “Estamos frente a un problema humanitario que en un abrir y cerrar de ojos puede convertirse en una tragedia de incalculables consecuencias. En Norte de Santander no tenemos la capacidad para atender esta situación y se requiere presencia efectiva del gobierno central que ha querido tapar este asunto”. También expresó que “es necesaria la inversión de recursos para amortiguar el golpe. Necesitamos un plan de emergencia para la generación de nuevos empleos”, aseguró el dirigente político.

@IrreverentesCol