Esto no se soluciona con asistencialismo

Esto no se soluciona con asistencialismo

aún no ha sido dimensionada la enormidad de las consecuencias que arrojará la pandemia,. Tan pronto estalló la crisis que obligó a paralizar al país, amplios sectores se movilizaron con el propósito de atender las necesidades básicas de las clases menos favorecidas. 

La filantropía es un bello gesto, pero no es la solución. El gobierno ha concentrado buena parte de sus esfuerzos en lograr que millones de colombianos reciban un mercado básico y unos ingresos mínimos, pero aquellas medidas -que son esenciales para atender la situación inmediata- no son la salida. 

El panorama es absolutamente negro. Millones de colombianos quedarán sin empleo. Decenas de miles de pequeñas, medianas y grandes empresas no lograrán sobrevivir. Esta será, tal vez, la peor tragedia de nuestra historia reciente. Además de los compatriotas que no sobrevivirán a la pandemia, están aquellos que perderán su medio de subsistencia. 

Ya empiezan a registrarse manifestaciones ciudadanas de habitantes de los barrios populares que expresan su desespero por cuenta de la falta de ingresos y de alimentos. 

El confinamiento de la comunidad en sus respectivas casas, efectivamente ha logrado contener la expansión de la pandemia, pero no ha permitido observar la magnitud de la catástrofe. Los gremios de la producción están perfectamente alarmados por la crisis. Ahora, los pagos de las nóminas empiezan a reflejar retrasos y dificultades, pero en cuatro semanas, o menos, muchas empresas simple y llanamente no tendrán un centavo en sus respectivas tesorerías para cumplir con las obligaciones frente a sus empleados. 

Se ha convertido en un lugar común la tesis de que el país tendrá que reinventarse. Y no se trata solamente de un cambio en las costumbres y en la actitud, sino de modelo productivo. Y del aprieto en el que está subsumido el país, infortunadamente no se saldrá a través de la implementación de unas cuantas medidas asistencialistas. ¡Claro que hay que continuar llevándole comida a los niños y girando los subsidios que se han aprobado! Pero aquello no es suficiente. 

El aparato productivo del país debe recomenzar y el gobierno, que ha hecho una gestión maravillosa en la atención de la crisis, tiene por delante la enorme responsabilidad de sentar las bases para que la iniciativa privada sea próspera. 

Error garrafal del errático y cuestionado ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla al amenazar en estos momentos con reformas tributarias. Ahora, es cuando el Estado debe replantear totalmente su política en materia fiscal y entender que las industrias y negocios que logren sobrevivir a la pandemia, serán el motor generador de empleo, razón por la que, en vez de aumentar, hay que bajar al máximo los tributos. 

Si el Estado adopta una actitud alcabalera, la dimensión de la tragedia será mayor. 

@IrreverentesCol

Publicado: abril 17 de 2020

2 comentarios

  1. El ministro de Hacienda no se habrá dado cuenta de que hay que meterle la mano al despilfarro multimilllonario de la corrupción y la burocracia excesiva, que son las que los llevan al camino más fácil y es sacarle más plata a los colombianos? Apuesto doble a sencillo que si reducen una cantidad de cargos y de instituciones inútiles, asesores de los asesores, prebendas injustificadas para algunos y la JEP, nadaremos en recursos para recomponer este país maltratado por los bandidos.

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