El Tejemaneje

El Tejemaneje

Santos llamó a felicitar a Trump. El presidente electo no le pasó al teléfono y no le ha devuelto la llamada.

Sin plan B

Santos acaba de dar una nueva muestra de su impericia como político. De cara a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, fue tan torpe que anunció públicamente que a él, a su gobierno, a las Farc y a su malhadado proceso de paz, les convenía una victoria de la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton.

El resultado conocido en la madrugada del 9 de octubre dejó perfectamente estupefacto al presidente de Colombia quien hasta último minuto afincó sus esperanzas en un triunfo arrollador del partido demócrata, tanto en la carrera por la presidencia, como en la competencia por las curules que estaban en juego tanto para el Senado como para la Cámara.

Desde entonces, en la Casa de Nariño y en la cancillería se han dedicado exclusivamente a buscar la manera de llegarle al nuevo presidente de los Estados Unidos. El problema para Santos es que las únicas personas con acceso a Trump, para desgracia suya, son aliadas irrestrictas al presidente Uribe.

La llamada

Por recomendación del embajador de Colombia en Washington, Juan Carlos Pinzón, Santos levantó el teléfono para llamar al presidente electo de los Estados Unidos. Esperaba tener la suerte de su colega mexicano Enrique Peña Nieto, o del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

Las cosas no le salieron bien al presidente colombiano que tiene tramado al país con el cuento de que él es un estadista con las puertas abiertas en todo el planeta.

Trump no solo no le pasó al teléfono, sino que hasta el momento de escribir este TEJEMANEJE, no le había devuelto la llamada.

Desempolvando a Serrano

Algún espontáneo le salió a Santos con el cuento de que el retirado y ya olvidado general Rosso José Serrano podía tender algunos puentes que conducirían a quien será el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos.

Serrano tendrá que desempolvar su libreta de teléfonos y empezar a llamar a algunos veteranos de la derecha estadounidense a ver si alguno de ellos le hace la caridad a Santos de convencer a Trump de que le devuelva la llamadita al gobernante colombiano.

Revés para el proceso de paz

Más vale que Santos no se haga muchas ilusiones. El nuevo gobierno de los Estados Unidos implementará cambios profundos en la lucha contra el terrorismo. Una de las principales críticas de Trump al gobierno de Obama y a la función de Hillary Clinton como secretaria de Estado fue, precisamente, la laxitud con que atendieron las amenazas contra el pueblo americano.

¿Alguien se imagina a un hombre con el talante de Donald Trump concediéndole perdón presidencial a un jefe terrorista de la peligrosidad de alias Simón Trinidad, condenado por haber secuestrado y asesinado a ciudadanos norteamericanos?

¿El Trump que ha dicho que para evitar el ingreso de criminales mexicanos a su país levantará un muro y que obligará al gobierno de México a asumir los costos de la construcción del mismo, utilizará recursos públicos de los Estados Unidos para financiar el postconflicto de Santos con unos terroristas?

Las extradiciones

Otro de los aspectos centrales del discurso de Trump es el de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Como hemos informado en LOS IRREVERENTES, la cúpula de las Farc tiene cuentas pendientes con la justicia norteamericana por los delitos de narcotráfico, secuestro y homicidio de ciudadanos norteamericanos. (Puede leer “Los extraditables de las Farc”)

Con Trump en la presidencia, estas solicitudes de extradición se mantendrán y seguramente el futuro fiscal general Rudy Giuliani insistirá en la ejecución de las mismas.

Aterrizaje a la realidad

Desde el 2 de octubre, Santos ha tenido que aterrizar a la realidad. Primero, por cuenta del cimbronazo que le pegó el pueblo colombiano al decirle NO a los acuerdos que firmó con la banda terrorista de las Farc.

El triunfo de Trump en los Estados Unidos y las implicaciones que ello tendrá en las relaciones bilaterales con Colombia es un segundo mensaje para el presidente de Colombia quien a la fuerza ha tenido que aceptar que el mundo es muy distinto del que Maduro, Castro y sus áulicos en la Casa de Nariño le han dibujado.

@IrreverentesCol