El Tejemaneje-Septiembre 22

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Las manipuladoras Gina Parody y Cecilia Álvarez, pretenden hacer creer que son víctimas de hostigamientos por parte de los ciudadanos.

Gina Parody, tan campante por Nueva York

Guillermo Puyana y la cuestionada exfiscal Ángela María Buitrago, acusada de inventar testigos en el caso de Plazas Vega, son los abogados defensores de las exministras Gina Parody y Cecilia Álvarez, quienes han incumplido 3 citaciones de la fiscalía general, para que atiendan un interrogatorio en el marco de la investigación que se adelanta por el escándalo de corrupción de Odebrecht.

Un ciudadano colombiano residente en Nueva York, se encontró hace pocos días con la exministra Parody, saliendo de una estación de metro en Manhattan y le preguntó por qué no ha atendido las 3 citaciones que le ha hecho la fiscalía general de la nación.

Un ciudadano indignado

En el video queda evidenciado que el ciudadano no fue descortés ni agresivo con la exfuncionaria santista. De manera respetuosa le formuló una pregunta, que millones de colombianos se hacen. Gina Parody, antes de caer en desgracia, se mostraba como una dirigente pulcra y supremamente implacable contra la corrupción. Ella, que posaba como la adalid de la nueva política, ha dejado desconcertada a la opinión pública que esperaba de ella una actitud transparente y directa para aclarar el bochornoso episodio en el que está involucrada, junto a su pareja la también exministra Cecilia Álvarez Correa.

Manipulando la realidad

Gina Parody es, ante todo, una gran manipuladora. Cuando se ve acorralada como consecuencia de sus muchos errores, saca a relucir su membresía en la congregación LGBTI, para alegar que los cuestionamientos que se le hacen corresponden a actitudes homofóbicas.

Ella cree que su condición de lesbiana la convierte en un ser inmune a las críticas.

Ahora, a través de sus abogados, ha salido con el cuento reforzado de que la grabación que le hicieron en Nueva York es un “hostigamiento”.

¿En cabeza de quién puede caber semejante estupidez? El argumento esgrimido por los defensores de Parody es perfectamente deleznable. Cualquier colombiano está en todo su derecho de cuestionar a los funcionarios o exfuncionarios involucrados en actos de corrupción, estén donde estén.

Es claro que dichas quejas deben tramitarse con respeto y sin incurrir en agresiones físicas o verbales.

Que no manipulen la realidad

Lo que no pueden pretender las señoras Correa y Parody, ni mucho menos los abogados que llevan su representación legal, es que la opinión pública se quede cruzada de brazos, mientras ellas viven felices y dichosas en Manhattan, sin ponerle la cara a la justicia por su evidente participación en el caso Odebrecht.

Ellas no son ningunas perseguidas. Al contrario. Son unas perseguidoras, que abusaron del gran poder que tuvieron en el gobierno de Santos para favorecer ilegalmente los intereses económicos la familia Parody.

@IrreverentesCol

Publicado: Septiembre 22 de 2017