Andrés Saavedra: El genocidio de la corrupción

La falta de credibilidad en nuestras instituciones está llegando a cifras históricas, así lo deja ver las últimas encuestas, en donde casi todos los entes se rajan.

Uno, de muchos otros problemas que han llevado a esta crisis es sin duda la corrupción. Esa práctica maldita ha causado la degradación del ser humano. La corrupción debería ser tipificada como uno de los delitos más viles, es más, ser catalogada como genocidio. ¿O es que acaso cuántos niños no han muerto a causa de la malversación de recursos? En lugar de estos llegar a los programas infantiles terminan en el bolsillo de unos degenerados ¿O cuántos pacientes – de todas las edades- no han muerto a las afueras o en los pasillos de los hospitales? Miles y miles de colombianos han fallecido por motivo de la pésima o incluso nula atención o prestación de algún servicio. Y tales servicios no se prestan, o si se prestan, se hace de manera deficiente, a causa de los malos manejos, entiéndase, saqueo de los recursos. Yo soy de las personas que cree que la salud, por poner un ejemplo, no requiere más presupuesto. ¡Lo que la salud en Colombia necesita es que no se roben los dineros destinado a ese fin!

La corrupción carcome el alma, pudre la ética y envalentona a la hora de violar la ley. La corruptela es ambidiestra, no distingue izquierda ni derecha; no hay corrupción buena o mala. Todo ese tipo de actos son execrables desde donde se le mire.

El debate en Colombia se ha judicializado desde hace muchos años, más en vísperas electorales, en donde los montajes judiciales son el pan de cada día. Y vemos como esos personajes que se encargan de judicializar el debate, se están viendo hoy envueltos en temas relacionados con corrupción. ¿Qué pensar de un país en donde quienes tienen el poder y el honor de dictar justicia, son objeto de sobornos o dádivas de todo tipo? No nos olvidemos como varios familiares de una magistrada hoy laboran en la Cancillería o Embajadas. No olvidemos como el esposo de otra magistrada fue o es beneficiario de jugosos contratos con el Estado. Sin duda alguna, este gobierno ha coadyuvado a que la corrupción crezca y se fortalezca, Santos ha sido amigo de repartir contratos y así “ganar el afecto” de muchos, para que le favorezcan de una u otra forma.

Pero vale también decir que este flagelo no solo ha tocado los tres poderes. No nos olvidemos también de cómo dineros han llegado a los medios de comunicación so pretexto de la pauta publicitaria. No señores medios de comunicación, si bien no todos, pero sí la inmensa mayoría, han caído en ese fango tremebundo. Y ni hablar de varios columnistas, o mejor, “calumnistas”, quienes han recibido contraticos cuantiosos por parte del gobierno para que tomen postura y en medio de sus publicaciones defiendan o ataquen dependiendo la exigencia del empleador, en este caso del gobierno.

Los recursos públicos son sagrados, que de eso no haya duda. Por tal motivo la ciudadanía está cansada de que unos cuantos con guantes de seda se enriquezcan a costa del sufrimiento general, a costa de las necesidades de la sociedad.

Que caiga quien deba caer, sin importar su apellido, su cargo o su posición social. Queremos ver en la cárcel, no en sus lujosas casas, a esos que han ultrajado al erario, esos bellacos merecen todo el repudio y todo el peso de la ley.

No puedo terminar este escrito sin aplaudir la labor que viene cumpliendo el señor Fiscal General de la Nación, doctor Néstor Humberto Martínez. Quien ha demostrado independencia, celeridad y efectividad contra el crimen. Sin duda está marcando una positiva diferencia en esa entidad.

@AndresSaavedra_

Publicado: agosto 17 de 2017