El Foro de Sao Paulo a las puertas de Colombia

El Foro de Sao Paulo a las puertas de Colombia

La verdadera cifra de los cubanos que se han visto obligados a huir de la isla desde que el régimen criminal de los hermanos Castro se instauró en 1959 es incalculable. Las cifras oficiales no son confiables porque son el símbolo del fracaso de sus políticas económicas y sociales que reprimen todas las formas de libertades humanas. El hecho de que una persona tome la difícil decisión de abandonar a su familia y en general a todo su entorno arriesgando su propia vida es señal suficiente de que lo que está sucediendo ahí no debería replicarse en ningún otro lugar del mundo. Es por ello que resulta increíble que desde Cuba se hubiese podido gestar un movimiento que pretendiese replicar la misma fórmula de pauperización y represión en otros países del hemisferio.

Paradójicamente en 1990, el mismo año en el que caía el bloque comunista de Europa, el Partido de los Trabajadores de Brasil celebraba el primer Foro de Sao Paulo con el objetivo de trazar la hoja de ruta para que la izquierda socialista pudiese acceder al poder en los países de Latinoamérica y el Caribe. En conclusión para replicar en otros países las políticas que acabaron con la terca Cuba que no supo o quiso entender que el socialismo es sinónimo de miseria y muerte. El primer país que cayó en las garras del comunismo fue Venezuela en 1999 con Hugo Chávez Frías que se hizo elegir bajo engaños. La mala suerte es que esa ideología haya aterrizado en el país con una de las mayores reservas de petróleo del mundo. La fortuna con la que se topó Chávez se utilizó y se sigue utilizando para amamantar al pueblo cubano que había sido abandonado por Rusia desde la llegada de la Perestroika y para influir en las elecciones de otros países latinoamericanos y del Caribe.  Evo Morales en Bolivia, Luis Ignacio Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, Daniel Ortega en Nicaragua, Danilo Medina en República Dominicana, Michelle Bachelet en Chile, Fernando Lugo en Paraguay, José Mujica y Tabaré Vásquez en Uruguay, Andrés Manuel López Obrador en México, Laurentino Cortizo en Panamá, Mauricio Funes en El Salvador, Cristina Kirchner en Argentina, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela y Rafael Correa y “el infiltrado” Lenin Moreno en Ecuador son los dirigentes que en algunos casos estuvieron en el poder y en la mayoría de los casos se sostienen hace muchos años en cuerpo propio o ajeno, porque cuando un hijo del Foro de Sao Paulo llega al poder es prácticamente imposible que lo abandone al igual que los Castro.

El Foro de Sao Paulo versión 2019 celebrado en Caracas se clausuró con un discurso populista y cargado de odio de Nicolás Maduro y las arengas de los asistentes que vociferaban a grito herido “Cuba y Venezuela una sola bandera”. Y así ha sido, los mismos venezolanos que se ofenden con el supuesto intervencionismo de aquellas naciones preocupadas con la violación de los derechos humanos en su país, celebran la intervención flagrante del régimen cubano.

Al foro de Sao Paulo versión caraqueña asistieron terroristas colombianos hoy investidos de calidad de congresistas gracias a un proceso de paz llevado a cabo en – o sorpresa – Cuba. Alias Carlos Antonio Lozada, llamado Tornillo por sus víctimas de agresión sexual, se dio el gusto de intervenir en calidad de congresista colombiano no sin antes haber recibido un permiso especial por parte de la JEP, justicia creada para y por ellos, para viajar al exterior. En su intervención Lozada dijo: “Nos acusan de querer el socialismo para Colombia. Por supuesto, eso no es un secreto, y si hicimos dejación de las armas no es para renunciar a nuestros principios, no es para renunciar a nuestra ideología» y añadió “venimos a ratificar que no están solos en esta lucha contra el imperialismo norteamericano, somos conscientes que tenemos por delante un reto inmenso de acabar de construir la patria bolivariana».

Estas palabras que, por motivos que se me escapan, causaron impacto en la prensa nacional y estupor en la ciudadanía que creían que las Farc se estaban rindiendo a la institucionalidad de Colombia son lapidarias. Si el pueblo colombiano no termina de entender que si la izquierda financiada por el negocio de las drogas que ha encontrado un remanso de paz en Venezuela, llega al poder nos condenaremos a sufrir la misma suerte de Cuba y Venezuela con la diferencia de que no tendremos a una Rusia benefactora ni unos yacimientos de petróleo para amortiguar el golpe aunque sea por un corto tiempo.

@ANIABELLO_R

Publicado: agosto 2 de 2019

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