Conservatismo laico

Conservatismo laico

Dentro de los tres relatos políticos del mundo moderno, el comunismo obsoleto, el fascismo derrotado y el liberal vigente, hay una vertiente sumamente importante: El conservatismo, entendido como la voz de la conciencia del liberalismo con obligaciones, la democracia imperfecta y el capitalismo que necesita reformas continuas porque la única constante es el cambio.

Me refiero al conservatismo como ideología política occidental, no como partido político colombiano. Para muchos jóvenes, especialmente latinoamericanos, esa palabra es al menos anticuada y en la política gringa se le dice conservador a quién tiene una visión retrograda de la sociedad. Sin embargo, en países progresistas y desarrollados como Alemania o Inglaterra, los conservadores son quienes gobiernan y sospecho cual es la razón de tan importantes éxitos electorales y legitimidad democrática.

Empecemos por desglosar la política en tres elementos, i) economía – trabajos, ii) nacionalismos – costumbres y iii) libertades. Todos los gobernantes quieren ver su país con una economía pujante y pleno empleo, libertad para todos sus ciudadanos y un fuerte vínculo cultural y emocional con su estado-nación. Por eso, no es de extrañar que quién aboga por la libertad máxima de expresión y cultos, termine estando de acuerdo con el conservador que quiere libre comercio para expandir la economía, o que el socialista protector del producto nacional termine estando de acuerdo con el conservador nacionalista y católico que quiere subir aranceles y prohibir la inmigración. En esa mezcla tan particular, donde no hay cabida para puntos medios, hemos visto como las democracias más modernas y con habitantes mejor educados pasan amargos momentos de polarización que ponen en peligro la estabilidad política, económica y social de sus países.

Sigamos con la definición del conservatismo moderno, como alguna vez lo dijo Juan Mario Laserna (q.e.p.d) “Yo creo en el principio de realidad y por eso soy conservador. Soy conservador por método” y “El método de los conservadores es inductivo, de la realidad para arriba, no de la abstracción para abajo. Es aristotélico en vez de platónico. En cuanto a los derechos civiles, soy libertario, no creo que la gente se debe meter en los pantalones de uno”. Agregaría que a los conservadores les gusta apegarse a las formas prolijas y antiguas de hacer las cosas, con una combinación de sentimiento y realidad, también creen que por más que la democracia sea abierta se debe mantener un grado de civilización sostenido en la educación y los valores; creen sobre todo en tener un lugar al que puedas llamar hogar. Le dan un gran valor al patriotismo porque el estado-nación es una suma de personas con ideas afines, sin necesidad de contrariar cualquier otra expresión étnica, religiosa, nacional o cultural, pues esto sería contario a un talante civilizado y decente.

Finalicemos con el laicismo. Colombia es un Estado laico según su Constitución, así como la mayoría de los países del mundo occidental. Laico, significa igualdad de todas las religiones ante la Constitución y la ley, separación de la iglesia y el Estado e independencia de cualquier religión. Por lo tanto, ser ateo en Colombia también se vale. Entonces, ¿podríamos decir que ser conservador y ser ateo también se vale?  Lo que no nos podemos permitir es seguir con el discurso del “temor de Dios” como razón de nuestro buen comportamiento, ya tenemos el suficiente nivel de evolución como para ser buenas personas por el simple hecho de que es natural y correcto. Si ese argumento no es suficiente, háganlo porque simplemente es más útil. Seguro la calle estará limpia si los vecinos son buenos y cooperan, en caso de que algún vecino actúe contrariamente, se aplicara la ley.

Muchos conservadores clásicos dirán que la creencia en Dios es fundamental para ser un buen conservador, que las bases filosóficas de esta ideología política que nació en la Revolución Francesa con Edmund Burke y mucho antes con Richard Hooker, tenía como tesis medular el cristianismo para mantener el orden, los valores y las costumbres.

La historia dirá si funcionó o no, pero en el mundo de hoy creo que el conservatismo deber ser laico. Católicos, cristianos, agnósticos, musulmanes, budistas, judíos y ateos pueden tener un talante similar y unas ideas políticas vinculantes. Hoy un gran conservador se caracterizaría por la lucha contra la pobreza, la defensa de la vida, el cumplimiento de la Constitución y la ley, el castigo severo a los corruptos, la decencia en el trato a los demás, el fomento de la inversión privada y la cooperación con otros Estados,  llevando en alto el orgullo de su identidad nacional. El conservatismo no se debe definir por su religión, se debe definir por sus ideas y como decía Álvaro Gómez, por su “talante”. Por eso creo que hoy, algunos de los mejores conservadores de Colombia están en el Centro Democrático (pista: no los extremistas) y en Estados Unidos en el partido Demócrata (pista: no los extremistas), como alguna vez lo dijo Rodrigo Pombo, a quién aprecio, aunque seguramente estará en desacuerdo con esta columna.

@JuanPCamachoS

Publicado: mayo 9 de 2020

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