Con un pie en cada bando

Con un pie en cada bando

Los $525 millones de pesos que ha recibido en “mermelada” Faruk Urrutia, suplente en la lista del senado del CD.

El Centro Democrático es un partido que tiene toda la autoridad para cuestionar la corrupción desbordada de este gobierno, en el que desde la Casa de Nariño se ha enviado el peor de los ejemplos respecto de la pulcritud y delicadeza con que debe manejarse el tesoro público.

Cuando el presidente de un país recurre al erario para sobornar políticos, jueces y periodistas, está dando autorización para que otros servidores públicos hagan lo mismo.

Y esa vagabundería ha sido vertical y vehementemente denunciada desde las toldas uribistas.

Es inaceptable que haya sectores que sigan viviendo del Estado, a través de contratos de asesoría multimillonarios.

Hay quienes creen que tienen el derecho de nutrirse con dinero público y que aquello no puede cuestionarse.

Una de las grandes denuncias del uribismo fue, precisamente, la ligereza y falta de rigor con la que la fiscalía de Eduardo Montealegre y Jorge Fernando Perdomo manejaron miles de millones de pesos de esa entidad.

Los amigos –y amigas- del fiscal y del vicefiscal resultaron embolsándose centenares de millones de pesos por tareas que nadie sabe a ciencia cierta si realizaron o no. Los ejemplos emblemáticos fueron los de Natalia Lizarazo García, profesionalmente conocida como “Natalia Springer” o “La Tocarruncho” y el del arquitecto español y amigo cercano de Jorge Fernando Perdomo, Manuel Sánchez-Vera Gómez-Trelles. Una y otro, salieron de la fiscalía de Perdomo colmados de dinero, sin que aún se sepa si realmente cumplieron con los deberes por los que fueron contratados.

Faruk Urrutia Jalile es un político profesional del departamento del Cesar. Es un hombre hábil y maniobrero que pretende ser amigo de todo el mundo. Y gracias a su personalidad ha podido tener un pie en el uribismo y otro en las toldas de la oposición.

En las elecciones de 2014, Urrutia Jalile fue incluido en la lista al senado. Le faltó poco para alcanzar una curul y quedó, como en el fútbol, en la banca esperando que se le diera la oportunidad para entrar al congreso, así fuera para hacer un reemplazo temporal.

Mientras llegaba su momento, se acercó a la fiscalía de Montealegre y Perdomo a pedir una ayudita, la cual le fue generosamente asignada.

Durante los años 2014, 2015 y 2016, mientras Montealegre y Perdomo perseguían con ensañamiento al presidente Uribe y a su familia y buscaban encarcelar al precio que fuera a cuanto uribista se les cruzara por delante, Urrutia suscribió millonarios contratos con la fiscalía.

El de 2014, fue por $46 millones de pesos. El de 2015 por $208.8 millones y el de 2016, celebrado pocas semanas antes de que Perdomo se fuera de la fiscalía fue por $104.4 millones de pesos.

En total, Montealegre y Perdomo favorecieron a Urrutia Jalile con $359.2 millones de pesos.

Pero la fiscalía general de la nación no fue la única fuente que nutrió las cuentas bancarias del habilidoso doctor Urrutia, aficionado a vivir de la savia de la República.

La Auditoría General de la Nación, entidad que se ha descubierto estaba en la práctica gobernada por el corrupto exmagistrado Francisco Javier Ricaurte –otro enemigo acérrimo del uribismo-, también le dio contratos a Faruk Urrutia entre los años 2015 y 2016. El primero de ellos, celebrado el 21 de agosto de 2015, fue por $46.4 millones de pesos y el segundo, suscrito el 8 de febrero de 2016 se negoció por $120 millones. En total $166.4 millones que, sumados a los $359.2 que recibió de la fiscalía conducen a la poco despreciable suma de $525.6 millones de pesos.

Lo curioso es que el año pasado, la senadora Paloma Valencia Laserna, por cuenta de su maternidad, tuvo que ausentarse de su trabajo durante 4 meses y como era natural, fue reemplazada temporalmente por Urrutia Jalile, quien antes de ser senador, como queda en evidencia, se paseaba por los despachos públicos buscando mermelada, pero una vez le fue entregada la credencial de congresista –por 120 días-, desde la comisión primera del Senado, en tono vehemente y a veces altanero, cuestionaba la corrupción del gobierno de Santos, criticando enfáticamente la repartición indiscriminada del presupuesto nacional.

@IrreverentesCol

Publicado: agosto 22 de 2017