Cobarde agresión

Cobarde agresión

Todos sabemos que la política es sinónimo de debate, confrontación y choques permanentes. Sin embargo, es esperable que este ejercicio democrático se realice en el campo de los argumentos y las ideas y no se acuda a ataques tan supremamente bajos y repudiables como el que sufrió Natalia Bedoya.

Lo que hizo el “profesor” de la Nacional en redes sociales es sencillamente inaceptable. No podemos permitir como sociedad que ante la falencia de argumentos se pretenda descalificar al interlocutor con agresiones de ese nivel.

Como tal, Colombia es un País que históricamente ha sufrido fuertes episodios de violencia contra la mujer y aunque en los últimos años hemos avanzado mucho como sociedad, lo sucedido en este caso es una decepcionante muestra que todavía tenemos mucho trabajo por hacer.

La apología a la agresión, a la humillación y al machismo más bajo y ruin que realizó este sujeto, que curiosamente posa de moralmente superior en cuanto debate exista, es un accionar que debe ser sancionado ejemplarmente por la sociedad.

Porque este ataque, cabe aclarar, no es solamente contra Bedoya, sino en general contra todas las mujeres. La dignidad femenina no puede verse ultrajada por estigmatizaciones sin fundamento que no son otra cosa diferente a la exteriorización de odios y resentimientos personales.

Además de lo anterior, este episodio permite evidenciar el claro tipo de sesgo que se maneja en ciertas instituciones, de la cual se habla tanto estos días. Si este sujeto se comporta así en Twitter, ¿se imaginan el tipo de “enseñanzas” que brinda a sus estudiantes en el aula de clase? ¿Con este ejemplo se están formando las nuevas generaciones de profesionales en la universidad pública? ¿Estos son los valores que se le están transmitiendo a la juventud colombiana?

Adicionalmente, algo curioso de este detestable hecho es que queda más que evidenciada la doble moral de ciertos personajes de izquierda de este País. ¿Qué pasaría si alguien se burlara de la condición sexual del “educador” o de su aspecto físico o condición económica?

La respuesta es más que sencilla: se formaría el más mediático de los alborotos mientras los dueños de la moral se rasgan las vestiduras, pero como en este caso se atacó vilmente a una joven abogada uribista, ahí si no es procedente el reclamo.

La doble moral y las agresiones sin fundamentos no pueden seguir siendo los motivadores del accionar político de cierto sector.  Volvamos a la política de las ideas, los argumentos y el respeto. Mi total solidaridad con Natalia.

@Tatacabello

Publicado: marzo 8 de 2019